Londres, 10 ago (EFE).- El número de pasajeros que utilizaron
alguno de los siete aeropuertos británicos en manos del operador BAA
cayó un 2,4 por ciento en julio respecto a hace un año, un dato que
mejora notablemente los resultados cosechados en meses anteriores.
El operador BAA, propiedad del grupo español Ferrovial, hizo
público hoy que los aeropuertos londinenses de Heathrow, Gatwick y
Stansted; el de Southampton, al sur de Inglaterra; y los escoceses
de Edimburgo, Glasgow y Aberdeen fueron utilizados el pasado mes por
14,5 millones de personas, el 2,4 por ciento menos que julio de
2008.
Este descenso es inferior al registrado en meses previos, ya que
la caída en junio fue del 5,9 por ciento y en mayo del 7,3 por
ciento, una clara muestra de que el sector ha acusado la crisis
económica.
Según BAA, las cifras anunciadas hoy evidencian que la demanda de
pasajeros se está estabilizando.
Por aeródromos, el de Heathrow mejoró en julio sus cifras
respecto a las de hace un año tras recibir 6,5 millones de
pasajeros, un 0,9 por ciento más, lo que hace que en los primeros
siete meses del año el número de pasajeros que pasó por sus
instalaciones en 2009 fuera de 37,7 millones, un 3 por ciento menos
que en 2008.
En Gatwick, la caída en lo que va de año se redujo en julio hasta
el 4,8 por ciento gracias sobre todo al aumento del tráfico regular
europeo.
El tercer aeropuerto de Londres de BAA, Stansted, también bajó
menos en julio que un mes antes con un descenso del 5,7 por ciento,
lejos de la caída del 11,5 por ciento que registró en junio, pese a
los recortes de vuelos aprobados por los operadores de bajo coste.
El mejor resultado entre los siete aeródromos de BAA fue el de
Edimburgo, donde el tráfico de pasajeros aumentó por cuarto mes
consecutivo y subió un 5,6 por ciento.
El tráfico regular en Europa creció un 1,2 por ciento, aunque los
vuelos chárter en el continente bajaron un 18,6 por ciento.
El tráfico interno en el Reino Unido disminuyó el 4,8 por ciento,
exactamente el mismo porcentaje en el que crecieron los vuelos de
larga distancia -excluyendo los que enlazan con el Atlántico Norte-.
EFE