Londres, 12 ago (EFE).- La Autoridad de Servicios Financieros
(FSA, en sus siglas en inglés) del Reino Unido publicó hoy unas
nuevas normas para regular las millonarias primas que los bancos
pagan a sus directivos.
El regulador quiere que las pagas adicionales estén más
vinculadas a los beneficios a largo plazo de las entidades, a fin de
atajar la cultura de excesivos riesgos que pueden desestabilizar la
economías.
Así, la FSA ha prohibido las primas garantizadas durante más de
un año y estipula que dos tercios (el 66,6 por ciento) de las pagas
extras de los altos ejecutivos deberían repartirse a lo largo de
tres años.
El nuevo código está diseñado específicamente para impedir los
riesgos a corto plazo que, en opinión de algunos analistas, fueron
un factor desencadenante de la crisis que casi hace colapsar al
sistema financiero el pasado octubre.
"El objetivo fundamental (de las nuevas reglas) es mantener la
confianza del mercado y promocionar la estabilidad financiera a
través de la supresión de incentivos por los riesgos inapropiados
que toman la empresas", indicó la FSA, que ha soportado críticas por
no detectar los problemas que provocaron la crisis de octubre.
No obstante, el regulador, cuyas normas entrarán en vigor en
enero de 2010, precisó que las "políticas de remuneración
inapropiada" fueron "un factor contribuyente más que dominante" en
la crisis.
El jefe de la FSA, Hector Sants, afirmó que el regulador está
"dispuesto a que las políticas de remuneración de los bancos sean
consistentes y promocionen la gestión de riesgo efectiva".
Sin embargo, algunos observadores creen que el regulador se ha
quedado corto pues no fija límites de pago, después de que los
bancos advirtieran de que una medida de ese tipo provocaría una fuga
de altos ejecutivos al extranjero.
Los gobiernos intentan contener el pago de primas de los bancos
para acabar con los riesgos desmesurados que condujeron en 2008 a la
peor crisis financiera mundial desde la Gran Depresión de los años
30 del pasado siglo.
El G-20 (grupo de los países ricos y emergentes) ya acordó en su
cumbre del pasado 2 de abril celebrada en Londres una serie de
principios encaminados a que los bancos demuestren a los reguladores
que sus políticas de remuneración son sólidas. EFE