Londres, 13 abr (EFE).- El presidente de la petrolera
hispano-argentina Repsol YPF, Antonio Brufau, defiende los intereses
de la compañía en Venezuela y otros países latinoamericanos por
razones de lengua y de mentalidad, según explica hoy al diario
londinense "Financial Times".
"A veces la gente preguntan por qué estamos en Venezuela. Y yo
les pregunto por qué otras empresas deciden invertir en Irak. En
Venezuela hablamos el mismo idioma y Venezuela tal vez ve en España
la puerta de entrada en Europa", explica el ejecutivo español.
"Tenemos más cosas en común con Venezuela, así que a largo plazo
vamos a sentirnos más estables allí que en países como Irak", agrega
el empresario, a quien el diario británico califica de "pragmático".
Brufau desecha la opinión según la cual los sucesivos gobiernos
argentinos le han obligado a reducir su participación en la compañía
YPF, de la que adquirió un 99 por ciento durante la oleada de
privatizaciones de 1999 en aquel país.
Hace dos años, Repsol vendió un 15 por ciento de YPF al
empresario argentino Enrique Eskenazi, que tiene además la opción de
compra de otro 10 por ciento.
Hay además planes para sacar otro 10 por ciento a la bolsa de
Buenos Aires.
"Quiero profundizar la base de 'stakeholders' (grupos o
individuos con intereses en una empresa) para tener el mayor número
posible de accionistas argentinos", explica el empresario.
En Brasil, donde las inversiones de miles de millones de euros en
complicados programas de exploración 'offshore' (en aguas marítimas
profundas) comienzan a dar fruto, Repsol quiere también atraer a
inversores extranjeros a una cartera creciente de proyectos de
desarrollo.
Ese programa de fuertes inversiones en capital, unido a la caía
de los precios del crudo, obligó a Repsol a reducir el año pasado el
dividendo que paga a sus accionistas.
Los éxitos obtenidos en Brasil, comenta el periódico, le han
ayudado a aumentar unas reservas que se habían quedado muy bajas y a
acallar a quienes en broma decían que Repsol era una petrolera sin
petróleo.
Partiendo de un 35 por ciento en 2007, Repsol dice estar en
condiciones de llegar a una tasa de reemplazo de reservas del 125
por ciento para el año 2012.
En circunstancias normales, la creciente cartera "upstream"
(exploración y otras actividades preproducción), sumada a una
eficiente operación de refinado, al sólido negocio norteafricano y a
la decreciente exposición en Argentina, habrían hecho de Repsol un
fácil objetivo para una opa, señala el rotativo.
Sin embargo, explica Brufau, el resurgir del nacionalismo
económico y las dificultades de financiación hacen que eventuales
predadores se lo piensen dos veces antes de atacar a lo que en la
jerga económica se conoce como un "campeón nacional".
Además, la atención creciente a otras fuentes de energía
alternativas y la necesidad de que los proyectos acometidos sean
sostenibles, hace que muchos grupos petroleros estén abandonando la
senda de la consolidación.
"Todas las petroleras se plantean hoy la misma pregunta: ¿Qué
estaremos haciendo dentro de diez años?", explica Brufau, quien
agrega: "cada año destruimos un 20 por ciento de nuestros activos. Y
está claro que no vamos a poder seguir haciendo siempre lo que hemos
estado haciendo desde el primer día: algo tiene que cambiar".
La respuesta de Repsol es la creación, anunciada la pasada
semana, de una división dedicada las "nuevas energías" con el
encargo de desarrollar iniciativas en combustibles alternativos.
Repsol informó ayer de que ha realizado un nuevo hallazgo de gas
en el megacampo Perla de Venezuela que le permite elevar en, al
menos, un 30 por ciento su previsión de reservas en la zona, que
ahora cifra en entre 1.600 y 1.850 millones de barriles de petróleo,
el equivalente a siete años de demanda de gas en España. EFE