Pedro Vega
Madrid, 6 Jun (EFE).- La crisis parece no haber tocado fondo y
continúa el goteo de datos macroeconómicos y sectoriales que abundan
en subrayar los trazos de una profunda recesión de la economía
mundial.
En EE.UU. se rompió el suelo del desempleo y, sólo en mayo, el
sector privado recortó 532.000 empleos y situó la tasa de paro en el
9,4 por ciento, la mayor en un cuarto de siglo, dato que se conoció
en una semana que ha visto como su emblemática General Motors se
hundía en la quiebra a pesar de los multimillonarios "salvavidas"
que ha recibido de fondos públicos.
Desde el Viejo Continente, las últimas previsiones sobre la
evolución de la economía son todo menos alentadoras. El Banco
Central Europeo ha arrojado un nuevo jarro de agua fría sobre las
expectativas y ha pronosticado ahora una caída del Producto Interior
Bruto en la zona euro de entre el 4,1 y 5,1 por ciento para este
año, frente a la previsión del 2,7 por ciento que hizo en marzo.
En el primer trimestre esa contracción ya se elevó al 2,5 por
ciento sobre el trimestre anterior y a un 4,8 por ciento sobre el
primer trimestre de 2008, mientras que el paro sigue extendiéndose y
afecta ya al 9,2 por ciento de la población activa.
Para Alemania, el motor de la economía europea, el Bundesbank
también ha revisado la caída del PIB, hasta el 6,2 por ciento.
También en Europa se extiende el desempleo, y los últimos datos
arrojan una media del 9,2 por ciento de la población activa en el
paro, y puede que la situación se prolongue si se cumple el
pronóstico de la Organización Mundial del Trabajo, que ha advertido
que la crisis del empleo y de la protección social durará entre seis
y ocho años si no se adoptan medidas.
Las bolsas cerraron los ojos a este chaparrón de inquietantes
datos macroeconómicos y miraron a otro lado, a escudriñar los reales
o imaginarios destellos que pueden anunciar el fin de la crisis, y
terminaron el ciclo semanal con ganancias.
La realidad ignorada siempre toma venganza, dijo alguien que no
recuerdo. Ójala los mercados no tengan que recordarla.
Mientras, el precio de las materias primas repunta, no tanto por
la actividad, sino por ciertas maniobras en los mercados atraídos
por sus precios. El precio del crudo Brent, de referencia en Europa,
llegó a tocar el viernes los 70 dólares por barril, su nivel más
alto en los últimos ocho meses, y algunos analistas calculan que se
situará en 85 dólares a finales de año.
En España, el dato del paro en mayo dio un respiro. Tras catorce
alzas consecutivas de vértigo bajó en 24.741 personas, aunque el
total de desempleados se mantiene por encima de los 3,6 millones.
El sector inmobiliario y de construcción prosigue su declive y,
según los últimos datos de los registradores de la propiedad, la
compraventa de viviendas en España cayó un 33 por ciento en un
escenario de descenso de los precios que el banco BBVA estima que
proseguirá este año (-10%) y en 2010 (-12%), hasta completar un 30
por5 ciento desde los niveles de 2007.
También la industria, en teórica sustituta de la construcción
como motor de la economía española, sigue acusando los efectos del
ajuste, y la actividad del sector descendió casi un 20 por ciento en
abril, pero menos que el 24,7 por ciento registrado en marzo.
Buena parte de la crisis en la industria se debe al parón del
sector del automóvil, que mantuvo en mayo una caída de ventas del 38
por ciento.
La próxima semana, los analistas estarán pendientes especialmente
del Libro Beige de la Reserva Federal. También se conocerán la
producción industrial de la zona del euro, las ventas minoristas e
inventarios de abril en EE.UU, los pedidos de fábrica de abril en
Alemania, y en Japón el índice de indicadores líderes de abril. En
España, la atención se centrará en el dato de la inflación y si
confirma o no lo temores de una temida deflación.
Y las que fueron estrellas de Wall Street, General Motors y
Citigroup serán expulsadas del que fue su paraíso bursátil y serán
sustituidas por Cisco Systems y Travelers. EFE