Buenos Aires, 11 jul (EFE).- El Gobierno argentino admitió hoy
que los impuestos a las exportaciones de granos, eje de un
prolongado enfrentamiento con el campo, serán analizados en la
convocatoria al diálogo hecha por la presidenta Cristina Fernández.
El jefe del Gabinete de ministros, Aníbal Fernández, aseguró que
las denominadas "retenciones" formarán parte de la agenda que el
Ejecutivo pretende discutir con el sector agropecuario, con el que
está enfrentado desde el año pasado.
"Tenemos que volver a analizarlas y esto tiene que estar
demostrando que vamos hacia un punto en donde todos participemos",
destacó Fernández en declaraciones a Radio Mitre de Buenos Aires.
Las declaraciones del jefe del Gabinete estuvieron en sintonía
con otras del titular de la Administración Federal de Ingresos
Públicos, Ricardo Echegaray, quien afirmó que "todos los temas
impositivos que conciernen al campo van a ser objeto de diálogo".
"No puede ser de otra manera", respondió Eduardo Buzzi, líder de
la Federación Agraria Argentina, una de las cuatro principales
patronales rurales del país.
El dirigente consideró que las retenciones deben ser un
instrumento que "actúe y facilite que se pueda estimular al trigo,
maíz y sorgo", y reiteró la necesidad de que sean modificados a la
baja los impuestos que se cobran a los pequeños productores por las
exportaciones de soja, el principal cultivo del país.
Buzzi volvió a elogiar el llamado al diálogo de la presidenta,
aunque advirtió de que "en la naturaleza" de la gobernante y de su
esposo y antecesor, Néstor Kirchner, "no está la búsqueda de
consensos".
"Llamaron al diálogo porque perdieron en las (recientes)
elecciones legislativas", destacó Buzzi.
Por el contrario, el jefe del Gabinete calificó la iniciativa de
la mandataria como "una propuesta amplia, generosa y sin reparos",
además de precisar que Cristina Fernández "no ha puesto condiciones"
para llamar al diálogo.
Aníbal Fernández respondió así cuando se le consultó si en la
mesa de negociaciones con la oposición también se estudiará la
posibilidad de introducir cambios en el Instituto Nacional de
Estadística y Censos, acusado de manipular los índices oficiales
para favorecer al Gobierno.
También pidió "dialogo con soluciones" el dirigente Alfredo De
Ángeli, quien el año pasado se convirtió en un icono de las
protestas del campo.
"Estamos dispuestos a dialogar, pero para buscar soluciones, no
para la foto", comentó De Ángeli antes de reclamar urgentes medidas
para "los temas ganadero y lechero, un plan para economías
regionales y un sistema de transparencia en el mercado de granos".
El sector agropecuario y el Gobierno están enzarzados en una
fuerte disputa desde marzo de 2008, cuando el Ejecutivo impuso
aumentos en los impuestos a las exportaciones de granos, que fueron
posteriormente rechazados por el Parlamento.
La crisis con el campo, que se extendió por meses e incluyó
largas semanas de huelgas comerciales del sector rural, supuso un
desgaste político para el Gobierno de Fernández.
Las patronales agropecuarias han retomado hace unos días sus
reclamos al Gobierno por la crisis que atraviesa el sector y luego
de que a su entender las políticas oficiales hacia el campo fueran
rechazadas ampliamente en los comicios legislativos.
Argentina es el primer exportador mundial de girasol, el segundo
de maíz, el tercero de soja y el cuarto de trigo, y ocupa también
puestos de relevancia en el comercio global de derivados (aceites y
harinas) de estos granos. EFE