Jairo Mejía
Tokio, 4 feb (EFE).- El primer fabricante mundial de automóviles,
Toyota, anunció hoy que espera cerrar el actual año fiscal en marzo
con un beneficio neto de 80.000 millones de yenes (633 millones de
euros) pese al impacto de sus llamadas a revisión en todo el mundo.
La compañía nipona ha cuantificado que el coste de las revisiones
de los alrededor de ocho millones de unidades y el impacto sobre las
ventas podría llegar a los 180.000 millones de yenes (1.426 millones
de euros), lo que no evitará que la compañía registre beneficios en
lugar de las pérdidas anunciadas anteriormente.
En una multitudinaria rueda de prensa, a la que no acudió su
presidente, Akio Toyoda, el fabricante reiteró su "compromiso vital
por la calidad" y negó haber actuado con lentitud u ocultado
información durante la gestión de la crisis sobre la aceleración o
ante las recientes quejas que afectan al sistema de frenado de su
híbrido Prius.
La multinacional del automóvil no quiso adelantar las posibles
consecuencias de una pérdida de confianza de los consumidores en el
resultado del próximo año fiscal que comienza en abril, aunque cree
que venderá 100.000 unidades menos cuando termine el actual
ejercicio, el 80 por ciento de ellas en EEUU, su primer mercado.
En el presente año fiscal, del que restan dos meses, Toyota
espera un beneficio que contrasta con las pérdidas netas de 200.000
millones de yenes (1.582 millones de euros) previstas anteriormente.
Asimismo, Toyota anunció que aumentará sus ventas hasta los 7,18
millones, 150.000 unidades más que un año antes, gracias a mercados
emergentes como China y al empuje de las ayudas gubernamentales de
Japón que han llevado al nuevo Prius a venderse a ritmo récord.
La comparecencia, repleta de preguntas sobre revisiones y
calidad, se prolongó más de lo previsto para resolver las dudas
sobre los problemas del frenado del nuevo Prius, después de que se
dieran a conocer esta semana quejas de conductores en EEUU y Japón.
Este último nubarrón en el camino de la recuperación de Toyota no
se ha cuantificado aún en términos de costes, aunque los directores
presentes hoy reconocieron que puede afectar a los ingresos del
próximo ejercicio si adquiere mayor dimensión.
Las llamadas a revisión de millones de vehículos en Estados
Unidos y Europa y el cese temporal de la producción de sus modelos
más populares en el mercado norteamericano comenzaron el pasado mes,
pero no impidieron que el fabricante ganara 153.200 millones de
yenes (1.212 millones de euros) entre octubre y diciembre.
Takahiko Ijichi, uno de los directores presentes hoy, reconoció
que "es difícil ver cómo será el futuro de Toyota" respecto al
próximo año y abogó por actuar para minimizar el impacto de las
revisiones sobre las ventas.
Ijichi dijo que a pesar de que una de las razones de los buenos
resultados han sido los recortes de gastos, no son incompatibles con
la calidad y la mejora de su tecnología, algo que muchos analistas
señalan como una de las causas de los errores.
Toyota se enfrenta a un mercado del motor muy competitivo, en el
que podría perder terreno frente a la alianza Volkswagen-Suzuki a
nivel global, Honda en el mercado japonés y al surcoreano Hyundai en
el estadounidense.
Hiroyuki Yokoyama, uno de los jefes de división de Toyota, restó
hoy importancia a otro problema que puede multiplicar los dolores de
cabeza de Toyota, el que afecta al sistema de frenado del Prius.
Yokoyama dijo que el fallo, que provoca un retraso en la
respuesta del frenado, no es mecánico y se reparó en enero sin que
se hiciera público mediante una actualización del software de los
nuevos modelos que salían de fábrica.
A pesar de que Toyota asegura que ese problema no compromete
seriamente la seguridad de los ocupantes, podría afectar a las
ventas de su modelo estrella en Japón, uno de los ejes de la
recuperación tras la crisis.
Asimismo, si el problema adquiere una mayor escala podría
enfrentar a Toyota a nuevas preguntas sobre su transparencia y
rapidez a la hora de recuperar la confianza de los conductores de
todo el mundo. EFE
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