Brasilia, 18 nov (EFE).- Los presidentes de Argentina, Cristina
Fernández de Kirchner, y de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, le
dieron largas hoy a las discrepancias comerciales entre ambos países
y pusieron por delante la necesidad de buscar una mayor integración.
Lula recibió hoy a Fernández en Brasilia con el telón de fondo de
los problemas surgidos en el comercio bilateral debido a medidas
restrictivas que, en el marco de la crisis global, impuso Argentina
a fines de 2008 y Brasil implantó el mes pasado, con lo que se
suscitaron quejas de ambas partes.
Las únicas decisiones adoptadas hoy por los presidentes fueron
que sus reuniones periódicas serán ahora trimestrales en vez de
semestrales y que los ministros de Industria y Comercio, Economía y
Relaciones Exteriores de ambos países se encontrarán cada 45 días, a
fin de discutir las discrepancias en la relación bilateral.
Ni Lula ni Fernández ofrecieron declaraciones a la prensa, pero
en los discursos que pronunciaron al momento de brindar antes de un
almuerzo dejaron claras sus posiciones.
"Tenemos que buscar respuestas bilaterales para enfrentar la
crisis", pues "el proteccionismo no es una solución y sólo crea
distorsiones", declaró Lula, quien subrayó que "a Brasil le interesa
una Argentina fuerte, competitiva y próspera".
A su turno, Fernández subrayó que, si bien existe una "sociedad"
entre Argentina y Brasil, el tamaño de cada economía impone que haya
"un socio mayoritario y uno minoritario", por lo que pidió que esas
diferencias sean contempladas en la relación.
Según la mandataria, Argentina "no puede desconocer la mayor
escala de la economía brasileña, una economía fuerte en el mundo y
producto de muchos años de un proceso exitoso de industrialización",
que en su país operó en sentido contrario durante las últimas
décadas.
La presidenta argentina explicó que la relación con Brasil es
para su Gobierno una "opción política", que pesó incluso en la
decisión de comprar veinte aviones de la empresa brasileña Embraer
para renovar la flota de Aerolíneas Argentinas o adoptar el sistema
de televisión digital brasileñojaponés.
Fernández coincidió con Lula y señaló que "en momentos de crisis
como el actual surgen en la relación dificultades, que tienen que
ser abordadas con claridad" para poder "encontrar instrumentos que
ayuden a resolverlas".
El asesor de Asuntos Internacionales de la presidencia brasileña,
Marco Aurelio García, explicó que durante la reunión que tuvieron
hoy ambos gobernantes "se constató que los problemas que ocurren en
este momento son mucho menores de lo que parecen".
También valoró la decisión de que ministros de ambos Gobiernos se
reúnan cada 45 días, pues "lo que puede parecer una salida
burocrática, en realidad eleva el nivel de los controles y refuerza
la eficacia" en la relación bilateral.
García indicó que Lula ha propuesto fomentar las inversiones de
Brasil en Argentina, pues considera que eso ayudaría a promover la
integración productiva que también se persigue en el ámbito del
Mercosur, que ambos países integran junto con Uruguay y Paraguay.
En ese sentido, admitió que, "cuando hay asimetrías de
desarrollo, la tendencia es que la relación (comercial) sea
desfavorable para el país con problemas mayores".
Según García, la única manera de reducir esas asimetrías es que
los socios con mayor nivel de desarrollo, como es el caso de Brasil
en el Mercosur, "ayuden en el proceso de industrialización de los
otros países".
El presidente de la Federación de Industrias del Estado de Sao
Paulo, Paulo Skaf, invitado al almuerzo entre ambas delegaciones, no
fue tan optimista y dijo que el "resultado concreto" de la visita de
Fernández "se verá más adelante", siempre y cuando haya "un cambio"
y Argentina reduzca el "proteccionismo".
Skaf afirmó que en el comercio bilateral existen "distorsiones
graves e injustas" que afectan a un 10% de los productos, pero que a
su vez causan dificultades "a muchos sectores de la industria". EFE
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