Buenos Aires, 1 may (EFE).- El ex presidente argentino Néstor
Kirchner lideró hoy el acto por el Día Internacional del Trabajo de
la oficialista Confederación General del Trabajo (CGT), la mayor
central sindical del país, que un año más se convirtió en una
muestra de apoyo al Gobierno.
El esposo y antecesor de la mandataria argentina, Cristina
Fernández, cerró el acto celebrado en Paraná, la capital de la
provincia de Entre Ríos, en el noreste del país, con nuevas críticas
a la prensa y a la oposición.
Kirchner, diputado nacional y presidente del gobernante Partido
Justicialista (PJ), instó a los asistentes a no caer "en el juego de
los que hundieron el país y hoy lo quieren seguir haciendo desde el
Congreso", porque, en su opinión, "el destino del país está en
juego".
"Hay un camino apasionado para seguir cambiando la Argentina.
Vamos a seguir luchando con todas nuestras fuerzas para consolidar
este modelo de país y estoy seguro de que en el 2011 de una punta a
otra del país se va a volcar ese apoyo", aseguró, en referencia a
las elecciones presidenciales del año próximo.
Estuvo presente en el acto la cúpula del Partido Justicialista,
que esta mañana asistió en Paraná a una reunión del Consejo Nacional
del partido, presidido por Kirchner, quien al término del encuentro
dijo que "falta muchísimo tiempo para las elecciones. Hay que
dedicarse a gobernar Argentina; apoyar la tarea de los intendentes,
de los gobernadores y, por supuesto, de la presidenta".
La Central de Trabajadores Argentinos (CTA), uno de los
principales sindicatos del país, celebró el Día del Trabajo en la
capital argentina, por cuyas calles marcharon también manifestantes
de diversas agrupaciones de desocupados en demanda de puestos de
trabajo "dignos" y planes sociales.
Los "piqueteros", como se denomina en Argentina a quienes
bloquean carreteras en demanda de trabajo, cortaron a su paso
algunas de las principales vías de la ciudad y provocaron incidentes
varios.
En su protesta quemaron neumáticos y arrojaron pintura contra el
edificio del Ministerio de Desarrollo Social, antes de concurrir a
la histórica Plaza de Mayo, donde las diversas organizaciones
sociales y movimientos de izquierda protagonizaron un acto crítico
con el Gobierno que congregó a varios cientos de personas.
La Iglesia católica también reclamó hoy "trabajo digno y
sustentable para todos los argentinos".
"El trabajo es un derecho, un acto de justicia y de sabiduría
política", afirmó el vicepresidente segundo del Episcopado, José
María Arancedo.
El titular de Cáritas Argentina, el obispo Fernando Bargalló,
lamentó que existen en el país prácticas sociales que "generan
exclusión, como el trabajo en negro" y "palabras, gestos, miradas y
prejuicios que ahondan la marginación".
Una opinión que no comparte el ministro de Trabajo de Argentina,
Carlos Tomada, quien esta mañana afirmó, al encabezar un acto a las
afueras de Buenos Aires, que el Gobierno de Cristina Fernández
"administró todos los conflictos laborales sin tomar una sola medida
de ajuste en contra de los trabajadores".
En su opinión, "este es el único Gobierno democrático que se
puede jactar de ello". EFE