Wanda Rudich
Viena, 25 feb (EFE).- El mercado mundial de crudo espera que la Organización de Países Exportadores de Petróleo, y en especial Arabia Saudí, reaccionen de forma clara y oficial a la crisis desatada en Libia y termine la confusión creada por mensajes oficiosos, que han añadido incertidumbre a la actual situación.
Es lo que afirman los analistas de la asesora británica KBC Energy Economics en un informe publicado hoy, en el que alertan de la creciente confusión reinante en los mercados petroleros.
Así, los cálculos sobre la cantidad de crudo que ha dejado de vender Libia varían mucho: la Agencia Internacional de la Energía (AIE) la cifró ayer entre 500.000 y 750.000 barriles diarios (bd), mientras que la petrolera italiana Eni habló de 1,2 millones de barriles diarios (mbd), con lo que alcanzaría el 75% de los 1,6 mbd que el convulsionado país bombeaba en enero.
"Ahora parece ser que se ha cortado por completo la exportación de crudo de Libia", señaló hoy a Efe Ehsan Ul-Haq, analista de KBC.
Y explicó que, además de los problemas que llevaron a la total o parcial suspensión de las actividades de petroleras internacionales como las de Repsol-YPF, Eni, Total y BP, las exportaciones están ahora obstaculizadas por las crecientes dificultades que afrontan los tanques petroleros en los puertos de Libia.
"Por un lado, las empresas de flete tienen miedo de lo que pueda ocurrirle a sus barcos y a su personal. Por otro, los pocos puertos que hasta ayer funcionaban con normalidad han dejado de hacerlo. Y por si fuera poco, hoy se estropeó el tiempo. Las exportaciones se detuvieron", dijo Ul-Haq.
La grave crisis creada por la masiva ola de protesta popular contra el régimen de Muamar el Gadafi y la violenta reacción de éste ha disparado el precio del barril de crudo, que en Londres tocó ayer un pico de casi 120 dólares (Brent), aunque luego se moderó y hoy se mantenía en torno a 112 dólares.
Sobre la evolución del valor de crudo en los próximos días y semanas, el experto destacó que depende altamente de percepciones psicológicas relacionadas con elementos menos tangibles que las cifras de producción.
Son cuestiones sin respuesta de momento, como el tiempo que durará la crisis en Libia, o si la ola de revueltas en el norte de África y Oriente Medio afectará a más países petroleros, si llegará incluso a Arabia Saudí, el mayor suministrador de crudo al mundo.
Riad y otros socios de la OPEP han reaccionado, por boca de sus respectivos ministros de Petróleo, enviando mensajes de calma, en los que insisten en que pueden compensar cualquier corte de suministro petrolero y están dispuestos a hacerlo.
Entre ayer y hoy se multiplicaron diversas informaciones según las que la estatal Saudí Aramco ha estado en contacto con petroleras internacionales para ver si podía suplirles crudo para compensar las pérdidas en Libia, e incluso se afirmó que Riad ha aumentado ya el bombeo en 700.000 bd, hasta totalizar unos 9 mbd.
"Hasta el momento no ha habido una prueba decisiva de Arabia Saudí (..). Más que un comunicado oficial, tenemos los informes habituales que citan fuentes anónimas del reino", alertaron los expertos de KBC.
"La falta de claridad sólo puede contribuir a la volatilidad del mercado, que el reino (saudí) dice esforzarse por evitar", insisten.
Ul-Haq se mostró escéptico de que las petroleras como la hispanoargentina Repsol-YPF o la italiana Eni recurran al crudo saudí para compensar las pérdidas del petróleo libio, dada la diferencia de calidades entre uno y otro.
"Vemos que suben sobre todo los precios del CPC Blend y del Azeri Light, de Kazajistán y Azerbaiyán", respectivamente, porque su calidad, ligera y de poco contenido sulfúrico, es similar a la del crudo libio, como también lo es el Brent, explicó. EFE