La recuperación de la economía argentina de su crisis en el año 2002 ha sido posible gracias a una combinación de factores tanto internos como externos. Entre los factores externos, la evolución de los precios de los commodities agrícolas (especialmente, del precio de la soja), ocupó un papel no menor ya que le permitió al país importantes ingresos de divisas y recursos para el Estado, de gran utilidad para consolidar el resultado fiscal y externo, al tiempo de generar un superávit continuo en el mercado cambiario, de gran utilidad para apuntalar la estabilidad del peso argentino.
Pero Argentina no ha sido el único país beneficiado por el boom de los precios agrícolas. También Brasil, Paraguay y Uruguay se han visto beneficiados por el buen momento de las cotizaciones.
En los meses previos a la crisis, los precios internacionales de los commodities agrícolas aceleraron su crecimiento, y ya con la crisis en marcha, alcanzaron sus niveles máximos históricos.
En aquellos momentos, el mercado preveía que los precios de los commodities agrícolas se mantendrían elevados por unos cuantos años, apoyados en el supuesto de su baja elasticidad de los mismos ante el declive económico (ello apoyado en la baja elasticidad en la demanda de los alimentos).
Pero sorprendentemente, al igual que lo ocurrido con otros commodities tales como los metales y la energía, los precios se derrumbaron hacia finales del tercer trimestre del 2008 y se han mantenido alejados de los máximos alcanzados hacia mediados de 2008 hasta que a principios de 2009, han logrado una recuperación producto de los resultados negativos que se esperan para el ciclo 2008/09 a nivel mundial (producto de las condiciones climáticas adversas en regiones claves como en Argentina).
Esta misma evolución de los precios de los commodities que les estoy comentando, es la que ha observado con preocupación uno de nuestros lectores que, desde Paraguay, nos hacía la siguiente pregunta: ¿Qué puede llegar a ocurrir con los precios de los commodities agrícolas en los próximos dos años? En este último tiempo hemos tenido más de una sorpresa con la evolución de las cotizaciones de los commodities, por lo que su predicción no está resultando para nada sencilla. Sin embargo, buscaré en este artículo identificar los factores claves que determinarán la evolución de los precios de los commodities agrícolas en los próximos años.
Antes que nada, vale recordar una pregunta que nos debemos realizar para identificar las probabilidades de recuperación de los precios de los commodities agrícolas: ¿Ha habido una burbuja en dichos precios cuando los mismos alcanzaron niveles máximos? Esta pregunta no ha podido ser respondida mientras dichos precios alcanzaban sus niveles máximos históricos. Sin embargo, sabemos que el estallido de la crisis provocó que los inversores buscaran poner a salvo su capital por lo que no solamente apostaron a activos tradicionales, sino también es altamente probable que los commodities (no solamente agrícolas), hayan sido el destino de una porción no despreciable de los mismos dada la tendencia alcista que observaban.
Considerando lo anterior, podemos suponer que una parte (no claramente determinada), de los precios máximos de los commodities agrícolas correspondían a una burbuja que se originó en torno a ellos. Se puede suponer que alrededor del 10% de los precios máximos estaban explicados por comportamientos especulativos del mercado.
La otra parte del alza observada en los precios de los commodities agrícolas tenía fundamentos sólidos. La búsqueda de energías alternativas al petróleo ha dado lugar al desarrollo de los biocombustibles, lo cual ha generado una demanda adicional para los commodities agrícolas. Por otra parte, la mejora en la situación social de las economías emergentes provocó un cambio en la dieta de su población que impulsó la demanda de alimentos.
Tanto la demanda de commodities agrícolas para la producción de biocombustibles así como también aquella destinada a alimentar a la población, mantendrán la tendencia creciente que venían observando, una vez superada la crisis. Para el presente año, se puede esperar que dichas demandas observen una mínima variación en relación al 2008.
¿Qué fundamento respalda la expectativa sobre la dinámica en el componente de demanda para biocombustibles? El fuerte (e inesperado) incremento en el precio del petróleo, ha servido como una advertencia sobre el alto riesgo que representa la dependencia de esta fuente de energía, lo cual impulsa que se acelere el desarrollo de la producción en grandes volúmenes de biocombustibles. Es por ello que, más allá de que el precio del petróleo se encuentre en un bajo nivel, la vulnerabilidad de las economías ante cambios bruscos de contextos obliga a tener preparadas fuentes de energía alternativas.
Por otra parte, considerando la producción de biocombustibles, la evolución de los precios de los commodities agrícolas dependerá también de cómo evolucionen los precios de la energía (en el último tiempo se ha observado un estrecho co-movimiento entre el precio del petróleo y el de los commodities agrícolas), en caso de que los mismos experimenten un fuerte alza. Pero esta situación es bastante improbable al menos en el presente año y buena parte del siguiente ya que las perspectivas del mercado anticipan que el 2009 será un año en donde el precio del petróleo se mantendrá estable, por debajo de la barrera de los US$ 50 el barril, mientras que comenzará a recuperar valor lentamente a partir de 2010.
Por otra parte, en relación al componente de demanda para alimentos, vale decir que la mayoría de las economías emergentes, han venido creciendo sobre bases sólidas, por lo que la crisis, si bien ha reducido su crecimiento en el corto plazo, no impactará en el crecimiento de mediano y largo plazo de las mismas. Y con este crecimiento, se continuará con la mejora en el poder adquisitivo de la población que se reflejará en una mayor demanda de alimentos. En este sentido, según la FAO, en Asia por ejemplo muchos países han entrado en un período de crecimiento económico más rápido lo cual está generando una fuerte demanda de dietas de mayor calidad lo cual implica una mayor demanda de commodities agrícolas. También ha mejorado la situación social la población latinoamericana lo cual se ve reflejado también en la demanda de commodities agrícolas.
Otro factor a tener en cuenta es cómo evolucionará el valor relativo del dólar frente a las demás divisas. En 2008 el dólar experimentó durante la primera mitad del año, un fuerte debilitamiento que impactó directamente en los precios de los commodities. Para el presente año y para el 2010, los mercados esperan que el dólar mantenga su fortaleza actual e incluso a corto plazo, pueda continuar fortaleciéndose dada la incertidumbre reinante en los mercados y los problemas de las principales economías desarrolladas. Es por ello que no se esperaría una gran influencia del dólar en la cotización de los commodities agrícolas.
Lógicamente, todo este análisis está sujeto a la evolución de factores climáticos que afectarán a la oferta. Así por ejemplo, Argentina (uno de los principales países productores de granos) ha visto fuertemente afectada la campaña 2008-2009 por una sequía histórica (la cosecha de soja se reduciría en un 10% en relación a la cosecha del año anterior, mientras que la del maíz sería un 36% inferior) y ya hay quienes anticipan que tendrá consecuencias en la campaña 2009-2010. Los problemas climáticos de Argentina (y también los factores políticos que la afectan), han tenido influencia en la evolución de los precios internacionales de los commodities agrícolas.
Para finalizar, se podría decir que, dada la corrección producida en los precios de los commodities agrícolas y una cierta previsibilidad en la demanda, los principales determinantes de los precios de los commodities agrícolas pasarán por lo que ocurra con la oferta de los mismos, específicamente en lo que se refiere a los factores climáticos. Por lo pronto, las perspectivas para la presente campaña no son positivas y ello podría producir un incremento adicional en los precios de los commodities agrícolas.
Pero Argentina no ha sido el único país beneficiado por el boom de los precios agrícolas. También Brasil, Paraguay y Uruguay se han visto beneficiados por el buen momento de las cotizaciones.
En los meses previos a la crisis, los precios internacionales de los commodities agrícolas aceleraron su crecimiento, y ya con la crisis en marcha, alcanzaron sus niveles máximos históricos.
En aquellos momentos, el mercado preveía que los precios de los commodities agrícolas se mantendrían elevados por unos cuantos años, apoyados en el supuesto de su baja elasticidad de los mismos ante el declive económico (ello apoyado en la baja elasticidad en la demanda de los alimentos).
Pero sorprendentemente, al igual que lo ocurrido con otros commodities tales como los metales y la energía, los precios se derrumbaron hacia finales del tercer trimestre del 2008 y se han mantenido alejados de los máximos alcanzados hacia mediados de 2008 hasta que a principios de 2009, han logrado una recuperación producto de los resultados negativos que se esperan para el ciclo 2008/09 a nivel mundial (producto de las condiciones climáticas adversas en regiones claves como en Argentina).
Esta misma evolución de los precios de los commodities que les estoy comentando, es la que ha observado con preocupación uno de nuestros lectores que, desde Paraguay, nos hacía la siguiente pregunta: ¿Qué puede llegar a ocurrir con los precios de los commodities agrícolas en los próximos dos años? En este último tiempo hemos tenido más de una sorpresa con la evolución de las cotizaciones de los commodities, por lo que su predicción no está resultando para nada sencilla. Sin embargo, buscaré en este artículo identificar los factores claves que determinarán la evolución de los precios de los commodities agrícolas en los próximos años.
Antes que nada, vale recordar una pregunta que nos debemos realizar para identificar las probabilidades de recuperación de los precios de los commodities agrícolas: ¿Ha habido una burbuja en dichos precios cuando los mismos alcanzaron niveles máximos? Esta pregunta no ha podido ser respondida mientras dichos precios alcanzaban sus niveles máximos históricos. Sin embargo, sabemos que el estallido de la crisis provocó que los inversores buscaran poner a salvo su capital por lo que no solamente apostaron a activos tradicionales, sino también es altamente probable que los commodities (no solamente agrícolas), hayan sido el destino de una porción no despreciable de los mismos dada la tendencia alcista que observaban.
Considerando lo anterior, podemos suponer que una parte (no claramente determinada), de los precios máximos de los commodities agrícolas correspondían a una burbuja que se originó en torno a ellos. Se puede suponer que alrededor del 10% de los precios máximos estaban explicados por comportamientos especulativos del mercado.
La otra parte del alza observada en los precios de los commodities agrícolas tenía fundamentos sólidos. La búsqueda de energías alternativas al petróleo ha dado lugar al desarrollo de los biocombustibles, lo cual ha generado una demanda adicional para los commodities agrícolas. Por otra parte, la mejora en la situación social de las economías emergentes provocó un cambio en la dieta de su población que impulsó la demanda de alimentos.
Tanto la demanda de commodities agrícolas para la producción de biocombustibles así como también aquella destinada a alimentar a la población, mantendrán la tendencia creciente que venían observando, una vez superada la crisis. Para el presente año, se puede esperar que dichas demandas observen una mínima variación en relación al 2008.
¿Qué fundamento respalda la expectativa sobre la dinámica en el componente de demanda para biocombustibles? El fuerte (e inesperado) incremento en el precio del petróleo, ha servido como una advertencia sobre el alto riesgo que representa la dependencia de esta fuente de energía, lo cual impulsa que se acelere el desarrollo de la producción en grandes volúmenes de biocombustibles. Es por ello que, más allá de que el precio del petróleo se encuentre en un bajo nivel, la vulnerabilidad de las economías ante cambios bruscos de contextos obliga a tener preparadas fuentes de energía alternativas.
Por otra parte, considerando la producción de biocombustibles, la evolución de los precios de los commodities agrícolas dependerá también de cómo evolucionen los precios de la energía (en el último tiempo se ha observado un estrecho co-movimiento entre el precio del petróleo y el de los commodities agrícolas), en caso de que los mismos experimenten un fuerte alza. Pero esta situación es bastante improbable al menos en el presente año y buena parte del siguiente ya que las perspectivas del mercado anticipan que el 2009 será un año en donde el precio del petróleo se mantendrá estable, por debajo de la barrera de los US$ 50 el barril, mientras que comenzará a recuperar valor lentamente a partir de 2010.
Por otra parte, en relación al componente de demanda para alimentos, vale decir que la mayoría de las economías emergentes, han venido creciendo sobre bases sólidas, por lo que la crisis, si bien ha reducido su crecimiento en el corto plazo, no impactará en el crecimiento de mediano y largo plazo de las mismas. Y con este crecimiento, se continuará con la mejora en el poder adquisitivo de la población que se reflejará en una mayor demanda de alimentos. En este sentido, según la FAO, en Asia por ejemplo muchos países han entrado en un período de crecimiento económico más rápido lo cual está generando una fuerte demanda de dietas de mayor calidad lo cual implica una mayor demanda de commodities agrícolas. También ha mejorado la situación social la población latinoamericana lo cual se ve reflejado también en la demanda de commodities agrícolas.
Otro factor a tener en cuenta es cómo evolucionará el valor relativo del dólar frente a las demás divisas. En 2008 el dólar experimentó durante la primera mitad del año, un fuerte debilitamiento que impactó directamente en los precios de los commodities. Para el presente año y para el 2010, los mercados esperan que el dólar mantenga su fortaleza actual e incluso a corto plazo, pueda continuar fortaleciéndose dada la incertidumbre reinante en los mercados y los problemas de las principales economías desarrolladas. Es por ello que no se esperaría una gran influencia del dólar en la cotización de los commodities agrícolas.
Lógicamente, todo este análisis está sujeto a la evolución de factores climáticos que afectarán a la oferta. Así por ejemplo, Argentina (uno de los principales países productores de granos) ha visto fuertemente afectada la campaña 2008-2009 por una sequía histórica (la cosecha de soja se reduciría en un 10% en relación a la cosecha del año anterior, mientras que la del maíz sería un 36% inferior) y ya hay quienes anticipan que tendrá consecuencias en la campaña 2009-2010. Los problemas climáticos de Argentina (y también los factores políticos que la afectan), han tenido influencia en la evolución de los precios internacionales de los commodities agrícolas.
Para finalizar, se podría decir que, dada la corrección producida en los precios de los commodities agrícolas y una cierta previsibilidad en la demanda, los principales determinantes de los precios de los commodities agrícolas pasarán por lo que ocurra con la oferta de los mismos, específicamente en lo que se refiere a los factores climáticos. Por lo pronto, las perspectivas para la presente campaña no son positivas y ello podría producir un incremento adicional en los precios de los commodities agrícolas.