Madrid, 23 mar (.).- La oficina estadística Eurostat ha incorporado la Sareb, el conocido como "banco malo", dentro del perímetro de las cuentas públicas, lo que sumará en 2020 unos 35.000 millones de deuda pública (que alcanzará el 120 % del PIB) y más de 7.000 millones de déficit, han confirmado fuentes del Gobierno.
La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), creada en 2012 para gestionar los activos inmobiliarios tóxicos de la banca, quedó inicialmente fuera de las cuentas públicas porque la participación del Estado era inferior a la mitad (45,9 %).
Sin embargo, ahora la oficina estadística cambia de criterio debido, entre otros motivos, a que el Estado es avalista de la deuda senior y a que la sociedad ha ido acumulando pérdidas, pese a que el Ejecutivo pretendía mantener el sistema contable inicial durante toda la vida de la sociedad.
Debido a esta reclasificación, la totalidad de la deuda de la Sareb pasa a ser deuda pública, lo que supone añadir unos 35.000 millones a los 1,3 billones (117,1 % del PIB) con los que cerraron 2020 las Administraciones, de acuerdo a los datos de avance del Banco de España. La deuda pública alcanzará así el 120 % del producto interior bruto (PIB), por encima del 118,8 % del PIB previsto inicialmente por el Gobierno.
Fuentes gubernamentales han subrayado que la asunción de esta deuda supone también incorporar al ámbito público la cartera de la Sareb, lo que permitirá reducir la deuda a medida que se vendan sus activos.
Además, el déficit público tendrá que asumir el patrimonio neto negativo de la Sareb a cierre de 2020, unos datos que no se conocerán hasta la próxima semana, pero que previsiblemente superarán los 7.000 millones que contabilizaba al finalizar 2019, ya que incorporará los deterioros adicionales del pasado ejercicio.
Al igual que con la deuda, este impacto podría minorarse a futuro si la situación del mercado inmobiliario permite aliviar ese patrimonio neto negativo.
El nuevo déficit se computará dentro de la línea de ayuda financiera, lo que podría suavizar su impacto potencial a efectos de procedimiento de déficit excesivo europeo una vez que se restauren los objetivos de consolidación fiscal, ahora en suspenso.
De hecho, esta reclasificación podría llevar a estudiar la ampliación de la vida de la Sareb, inicialmente limitada a 15 años precisamente porque no formaba parte del sector público, y supondrá que las cuentas de la sociedad se adhieran a los criterios de la contabilidad nacional.