París, 31 jul (EFE).- Las asambleas generales de Caisse d'Epargne
y Banque Populaire dieron hoy la última luz verde necesaria para la
fusión de las dos entidades y la creación de la segunda mayor red
bancaria de Francia y la cuarta por su dimensión financiera.
La aprobación por los accionistas de la fusión supone que el
nuevo banco, bautizado BPCE, empezará a funcionar formalmente como
tal a partir del próximo lunes.
Además, desencadena hoy mismo la adquisición por el Estado
francés de títulos de preferencia de BPCE por un monto de 3.000
millones de euros, que se añaden a los 4.000 millones de dinero
público que ya ha recibido desde finales del pasado año.
La entidad estará controlada a partes iguales por los dos bancos,
cuya alianza tiene su origen en la creación por ambos en 2006 de la
filial de banca de negocio Natixis, cuyo restablecimiento financiero
será ahora una de las grandes prioridades de la dirección.
Natixis, que el pasado año había perdido 2.800 millones de euros
y 1.900 millones más en el primer trimestre de 2009, ha solicitado
3.500 millones de ayuda pública al fondo dispuesto por el Estado
francés.
Otro reto del presidente de BPCE, François Perol, uno de los
principales consejeros del jefe del Estado francés, Nicolas Sarkozy,
hasta su polémico nombramiento, será obtener beneficios para
devolver los 7.000 millones de euros de ayuda pública y emanciparse
de la tutela del Gobierno.
De entrada, con la toma de acciones de hoy el Estado podrá
controlar el 20% del capital de la nueva entidad, que dice contar
con 34 millones de clientes, 8.000 sucursales y 110.000 empleados,
por lo que reivindica tener la mayor red bancaria de Francia.
Por ingresos, con 15.700 millones de euros el pasado año, se
coloca por detrás de Crédit Agricole (28.500 millones), de BNP
Paribas (27.400) y Société Générale (21.900). EFE