Buenos Aires, 30 jul (EFE).- El Gobierno de Argentina anunció hoy
que duplicará el subsidio que paga a los productores de leche, un
sector que atraviesa por una grave situación debido a la baja
rentabilidad del negocio.
La presidenta argentina, Cristina Fernández, anunció en un acto
en la central provincia de Córdoba que el subsidio que paga el
Estado por cada litro de leche que el productor vende a la industria
láctea pasará de los 0,10 pesos (0,026 dólares) a 0,20 pesos (0,052
dólares).
La medida beneficia solo a establecimientos con una producción de
hasta 12.000 litros diarios de leche.
"Vamos a seguir en este camino de apoyar a la productividad
lechera. No vamos a cejar en el empeño de brindarle al sector los
elementos necesarios para su desarrollo", aseguró Fernández.
El anuncio de nuevos subsidios se produce en la víspera de una
reunión entre el Gobierno y las cuatro mayores entidades rurales del
país, que desde marzo de 2008 mantienen un severo conflicto por los
impuestos a las exportaciones de granos y otras políticas de
intervención en el sector agropecuario.
De hecho, la grave situación del sector lechero es uno de los
temas que las patronales expondrán este viernes al Gobierno de
Fernández.
Los productores primarios de leche reclaman una mejora en el
precio que les pagan las industrias procesadoras y están en
desacuerdo con las compensaciones que otorga el Estado pues alegan
que esos subsidios no llegan a todos.
En Argentina, un productor recibe 75 centavos de pesos (19,5
centavos de dólar) por cada litro de leche que entrega a la
industria, mientras que el consumidor paga 3 pesos (78 centavos de
dólar) por cada litro de leche ya procesada.
Según fuentes del sector consultadas por Efe, tres tambos
(establecimientos de producción primaria de leche) cierran cada día
en Argentina como consecuencia de las políticas "equivocadas" hacia
la actividad que aplica el Gobierno de Fernández.
Las patronales agropecuarias calculan que desde 2003 han
desaparecido 5.000 tambos, lo que supuso la destrucción de 20.000
empleos vinculados con la lechería en forma directa.
El fenómeno explica por qué cerca de doscientas vacas son
enviadas a diario al matadero por los productores lecheros que
deciden cambiar a actividades más rentables como el cultivo de soja.
De acuerdo con un estudio elaborado por las Confederaciones
Rurales Argentinas (CRA), la participación promedio de los
productores en el precio final de la leche es "de las más bajas de
la historia" y pasó del 32 al 21 por ciento en dos años.
Según el estudio, sobre el precio al consumidor de la leche, un
20 por ciento se lo lleva el Estado a través de impuestos, un 28 por
ciento los distribuidores y comercializadores y un porcentaje
similar es para la industria, cuyos precios máximos están limitados
por el Gobierno. EFE