Caracas, 2 dic (EFE).- El Gobierno venezolano "recuperó" en 2009
un total de 500.000 hectáreas de tierra improductiva o de
titularidad no demostrada para "garantizar su uso social" de acuerdo
al Plan Agrícola Nacional, afirmó hoy el ministro venezolano de
Agricultura, Elías Jaua.
Desde una finca de 107 hectáreas "recuperada" en los valles
centrales de Aragua, que poseen las tierras más fértiles del país,
Jaua rechazó el término "expropiación" de los terrenos y argumentó
que el Estado está poniendo a producir tierras antes ociosas.
"El Estado no expropia ni confisca ni compra sino que recupera
tierras que no se sabe de quién son", explicó a corresponsales
extranjeros acreditados en Venezuela durante un recorrido por la
finca, ubicada a unos 80 kilómetros al oeste de Caracas.
Añadió que el nuevo destino de los terrenos es servir de centro
de formación, investigación agrícola y granja experimental y, si hay
demanda social, su propiedad pasará a consejos comunales de la zona.
Según el ministro, las "recuperaciones" se rigen por criterios de
ociosidad de la tierra y por el patrón de ocupación para evitar
"latifundismos", cuya definición depende no solo del número de
hectáreas sino de la calidad de la tierra, que "no deben existir en
una sociedad moderna".
Jaua afirmó que, en el caso de las tierras cuya producción "no
era adecuada a lo que los estudios de suelo recomiendan sembrar", el
Gobierno ha dado cuatro años de plazo a sus propietarios para
cambiar el tipo de cultivo.
La oposición ha criticado duramente esta política de tierras, con
el argumento de que constituye una violación del derecho a la
propiedad privada y ahuyenta las inversiones extranjeras y locales.
Sin embargo, el ministro Jaua apuntó que "la revolución ha dado
propiedades pero con restricciones, porque la tierra tiene una
función social".
En este sentido, reveló que durante los ocho años que lleva
funcionando la Ley de Tierras y Desarrollo Agrícola, se han
regularizado los papeles de propiedad de más de 132.000 terrenos
cuya extensión no determinó y que "ahora tienen un documento legal
de propiedad y uso".
"Un ocupante que no tiene la propiedad de la tierra pero
demuestra su productividad obtiene su título y puede heredarla pero
no alquilarla, enajenarla o darle otro uso que no sea el agrícola",
afirmó Jaua, y matizó que los campesinos que invaden propiedades
pierden automáticamente su derecho de tenencia sobre ellas.
Por otra parte, en ese mismo periodo de ocho años, el Gobierno ha
"recuperado" 1.505 fincas que suman un total de 2,5 millones de
hectáreas de las 30 millones de hectáreas cultivables que tiene el
país, si bien "todavía faltan 4 millones de hectáreas bajo régimen
de latifundio que hay que estudiar".
Según el ministro, 2009 ha sido "uno de los años más importante
en recuperación por la cantidad y la calidad de las tierras", ya que
las de mejores cualidades agrícolas solo componen el 8 por ciento
del terreno cultivable.
En este sentido, se refirió a las 49.000 hectáreas del Valle de
Aragua, de las que destacó su ubicación geográfica cercana a la
capital venezolana y que "simbolizan la dominación colonial que
existió" en el país.
A pesar del incremento de tierras en manos del Estado, su
rendimiento ha descendido este año de 5.000 kilos por hectárea a
3.000 kilos "debido a la sequía", aunque el ministro defendió que la
producción agrícola se ha incrementado un 24 por ciento en los
últimos 10 años.
Los productos de estos terrenos se comercializan en mercados de
precios populares, si bien el ministro manifestó que "llegará el día
que la producción estatal esté en redes privadas e incluso de
exportación", algo que ve asequible en rubros en los que el país
tiene soberanía alimentaria "como arroz, maíz blanco o café". EFE