Atenas, 20 abr (EFE).- Pese a la incertidumbre y la desconfianza
de los mercados sobre su capacidad de hacer frente a su grave crisis
financiera, el Gobierno griego lanza hoy una nueva emisión de letras
del tesoro por valor de 1.500 millones de euros, a la espera de las
conversaciones que deben concretar el mecanismo de ayuda europeo.
Las autoridades financieras esperan que esas letras, que se
espera sean adquiridas principalmente por bancos griegos, sean
colocadas a un tipo de interés anual del 4 por ciento, cuando reina
una atmósfera de pesimismo.
La semana pasada, Grecia logró 1.564 millones de euros por
títulos de seis meses y de un año con un tipo de interés de 4,55 y
4,85 por ciento, respectivamente.
La nueva emisión de letras a tres meses se pone en marcha un día
después de que la prima de riesgo de los bonos griegos a 10 años
respecto al referente alemán cerrará entorno a los 450 puntos
básicos, en una jornada en la que alcanzó un pico de 480, hasta un
tipo de interés de casi 7,70 por ciento.
Este diferencial significa que Grecia debe pagar por su
financiación en los mercados internacionales un interés muy superior
al que paga Alemania, cuya deuda pública funciona como referente.
Al mismo tiempo, la bolsa de valores de Atenas cerró ayer con una
caída del 2,56 por ciento debido al nerviosismo que despertó en los
mercados el retraso de la llegada de los expertos internacionales
para iniciar conversaciones sobre el mecanismo de rescate diseñado
por la eurozona.
Una delegación del Fondo Monetario Internacional (FMI) consiguió
llegar ayer a Atenas y se está a la espera de los equipos de
expertos de la Comisión Europea (CE) y del Banco Central Europeo
(BCE), si la nube de cenizas lanzada por un volcán islandés les
permite volar el miércoles.
El Gobierno griego convocó la semana pasada a estas delegaciones
para discutir los aspectos técnicos y las condiciones para acceder a
la ayuda de 30.000 millones puesta a disposición por los países de
la eurozona, y a los 15.000 que podría aportar el FMI.
Pese al apoyo expresado a Grecia por los socios de la moneda
única, los mercados siguen desconfiando de la capacidad de Grecia de
pagar su deuda.
El primer ministro griego, Yorgos Papandréu, declaró ayer que
Grecia "atraviesa uno de los periodos más críticos de los últimos 35
años" y culpó al anterior Gobierno conservador de la situación
actual en que "el país y su economía están bajo observación y bajo
el control del FMI, del BCE y de la UE".
Papandréu añadió que "sin el mecanismo de ayuda aprobado el 25 de
marzo, estaríamos ya bajo el FMI y sin red de protección europea".
Afirmó que "si el interés del país dicta que hagamos uso de ese
mecanismo, lo haremos sin titubear". EFE