Nueva York, 11 ene (EFE).- Las grandes agencias de calificación
aseguraron hoy que la devaluación del bolívar venezolano tendrá
efectos positivos a corto plazo en ese país, aunque alertaron de que
podría elevar la inflación y prolongar la recesión.
Standard & Poor's (S&P) elevó la previsión de evolución de su
calificación sobre la deuda de Venezuela de "negativa" a "estable",
ya que "la fiscalidad y el balance de transacciones con el exterior
mejorarán".
El Gobierno venezolano ha establecido un sistema dual de tipo de
cambio, con una paridad de 2,6 bolívares por dólar para la
importación de bienes básicos (como medicinas y algunos alimentos) y
otra de 4,3 bolívares por dólar para el resto de bienes y servicios,
incluido el petróleo, lo que supone una devaluación de su moneda del
20,9 por ciento y del 50 por ciento, respectivamente.
S&P, que mantiene su calificación de "BB-" para la deuda de
Venezuela en moneda extranjera y de "B" para la local, explicó que
desde diciembre de 2008, cuando se fijó la perspectiva "negativa",
el Gobierno ha implementado políticas para mejorar sus ingresos y
reducir su déficit.
Su analista Roberto Sifón Arévalo explicó que la perspectiva de
"estable" tiene en cuenta los riesgos asociados al intervencionismo
-que merma la inversión extranjera directa y el crecimiento- y la
presión existente para que aumente la inversión pública de cara a
las próximas elecciones legislativas.
"Si los indicadores fiscales y externos siguen mejorando y si el
Gobierno se las arregla para fortalecer las finanzas públicas y se
compromete a fomentar más su política de inversión y crecimiento,
las calificaciones sobre Venezuela podría mejorar", aseguró.
Por su parte, el economista jefe para América Latina y Estrategia
de Renta Fija de Moody's, David Becker, aseguró que la devaluación
aumentará la capacidad de pago a los tenedores de bonos venezolanos.
"La devaluación es un paso necesario para mantener las cuentas
fiscales en un patrón sustentable en el corto plazo y debe de apoyar
a los precios de los bonos al mejorar la capacidad de pago", explicó
Becker en una nota a clientes, en la que también advirtió de que la
estabilidad macroeconómica "sigue condicionada a unos altos precios
del petróleo".
El director de Deuda Soberana de Fitch, Erich Arispe, aseguró en
un comunicado que, en cualquier caso, el déficit público de
Venezuela podría reducirse hasta el 3,1 por ciento en 2010, por lo
que mantiene su calificación de "B+" para la deuda a largo plazo en
moneda extranjera, así como su previsión de "estable".
Juan Pablo Fuentes, de Moody's Economy.com -subsidiaria de
Moody's y dedicada a la consultoría y a la investigación económica y
financiera-, defendió que "la devaluación contribuirá a mejorar las
finanzas del Gobierno durante 2010, pues generará el doble de
bolívares por cada dólar de exportación de petróleo".
En su opinión, el aspecto negativo de la medida es que la
devaluación generará inflación en un país que ya tiene la más alta
de América Latina, lo que a su vez perjudicará a los consumidores y
prolongará la recesión "hasta muy pasada la segunda mitad del año".
"La decisión del Gobierno se imponía claramente desde hace ya
tiempo", defendió Fuentes, quien recordó que el tipo de cambio
oficial de 2,15 bolívares por dólar se fijó en febrero de 2005 y,
desde entonces los precios en Venezuela han aumentado un 162 por
ciento.
En su opinión, "la devaluación no corregirá el problema a largo
plazo debido al rechazo del Gobierno a complementarla con otras
medidas dirigidas a estimular la inversión privada" y a la
progresiva, "radicalizando su política intervencionista".
Según el analista de Moody's, a corto plazo la devaluación
generará un claro incremento de los ingresos nominales, lo que
reducirá a la mitad el déficit fiscal de 2010 hasta el tres por
ciento, aunque "los beneficios tendrán una corta vida", ya que la
inflación se duplicará y alcanzará el 60 por ciento hacia finales de
año.
Desde el ámbito empresarial, algunas empresas estadounidenses
también se pronunciaron hoy sobre la medida, entre ellas Colgate
Palmolive, que espera una ganancia de 60 millones de dólares en el
primer trimestre de 2010 gracias al efecto impositivo de la
devaluación.
Sin embargo, luego verá cómo su beneficio cae hasta seis centavos
por acción en los siguientes trimestres del año, porque el dinero
que obtenga en ese país equivaldrá a menos dólares, un efecto que
también sufrirán otras empresas extranjeras. EFE