Río de Janeiro, 3 nov (EFE).- Indios brasileños de 14 etnias
amenazaron hoy con emprender "acciones guerreras" y matar a obreros
si el Gobierno inicia las obras de la central hidroeléctrica de Belo
Monte, que será la segunda mayor de Brasil y será licitada en
diciembre.
"Exigimos que el Gobierno cancele definitivamente la
implementación de esta central hidroeléctrica. Si decide iniciar las
obras de Belo Monte habrá una acción guerrera de los pueblos
indígenas del Xingú", dice una carta enviada hoy por los indios al
presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.
Los autores de la misiva alertaron que, al emprender estas
acciones, "la vida de los obreros y los indios estará en riesgo" y
consideraron que la responsabilidad de las víctimas mortales recaerá
en el Gobierno brasileño.
La primera acción de protesta, emprendida hoy y sin fecha de
conclusión, fue el bloqueo de una balsa utilizada para atravesar el
río Xingú en una zona donde una carretera corta una región selvática
del norte del estado de Mato Grosso, en el límite de la Amazonía.
La carta, firmada por 212 líderes tribales, denuncia que la
represa de Belo Monte traerá "consecuencias irreversibles" para la
región, lo que supone una "violación de los derechos de los pueblos
ancestrales del río".
Belo Monte va a ser construida a la altura del municipio de
Altamira, en el estado amazónico de Pará, tendrá una potencia de
11.233 megavatios y será la segunda mayor del país por detrás de la
de Itaipú, que Brasil comparte con Paraguay.
La represa va a inundar un área selvática de cerca de 440
kilómetros cuadrados, lo que afectará directa e indirectamente a 66
municipios y once tierras indígenas, obligando al desplazamiento de
decenas de miles de ribereños cuyas viviendas quedarán inundadas,
según los planes de construcción.
El Gobierno ha marcado la licitación de la central para el
próximo 21 de diciembre y se calcula que exigirá inversiones por
cerca de 16.000 millones de reales (unos 9.100 millones de dólares).
El proyecto de Belo Monte nació en la década de los setenta, pero
fue bloqueado en la época por la resistencia de los grupos
ecologistas y de indígenas.
Desde entonces, el proyecto ha sufrido reformas estructurales
para reducir el área inundada en pleno corazón de la selva amazónica
y permitir la circulación de peces gracias a la construcción de
canales.
En mayo de 2008 un grupo de indígenas hirió a machetazos a un
empleado de la estatal Eletrobrás durante un seminario ofrecido a
las comunidades ribereñas del Xingú para explicar los impactos de
esta represa. EFE