Yakarta, 31 mar (EFE).- Indonesia quiere poner fin a su mala
reputación por corrupción y desastres naturales para atraer más
inversiones extranjeras y convertirse en una potencia regional que
pueda competir con China y la India.
El presidente del Departamento de Coordinación de Inversiones
indonesio, Gita Wirjawan, reconoció hoy que el mayor archipiélago y
nación de mayor población musulmana del mundo todavía tiene un largo
camino que recorrer antes de lograr ese objetivo.
"Tenemos un problema de relaciones públicas. Para la mayoría de
los extranjeros, Indonesia es un país de tsunamis, terremotos,
terrorismo, manifestaciones callejeras y escándalos de corrupción",
dijo Wirjawan durante un foro de empresarios en Yakarta.
Eso tiene que cambiar, señaló el funcionario, porque el país es
la cuarta mayor población y la tercera mayor democracia del planeta,
con casi 240 millones de habitantes.
Indonesia vio su truncado su desarrollo económico a finales de
los años 90, cuando se produjeron la crisis financiera asiática y la
caída de la dictadura del general Suharto, que provocaron el éxodo
de muchos inversores extranjeros.
La mayoría de éstos sigue sin fiarse de las instituciones como
para regresar al país, a pesar de su enorme potencial.
Sin embargo, poco a poco y gracias a la pujanza del mercado
doméstico, el país empieza a recuperarse como destino para algunas
empresas que sí están dispuestas a asumir ciertos riesgos con sus
negocios.
"Hace tres años, Indonesia no era un país relevante para los
inversores extranjeros, pero ahora vemos un constante desarrollo del
mercado bursátil, las políticas fiscal y monetaria son buenas, la
divisa es estable y el sector bancario es sólido", opinó Rakesh
Bhatia, jefe de la institución financiera británica HSBC en Yakarta.
EFE