Dublín, 24 may (EFE).- El Gobierno irlandés defendió hoy su
política de rescate de los principales bancos y de avales públicos
para hacer frente a sus graves problemas de liquidez.
El ministro irlandés de Comunicaciones, Eamon Ryan, salió así al
paso de un artículo publicado en la prensa de este fin de semana por
el economista Morgan Kelly, que compara la situación con la griega y
prevé la declaración de quiebra.
Kelly, que ya anticipó el estallido de la burbuja inmobiliaria
irlandesa y una caída de precios del 50 por ciento, asegura que con
las medidas del Gobierno en 2012 el "nivel de deuda nacional será
peor que el que está hundiendo a Grecia".
Según explicó hoy Ryan, el experto tiene derecho a expresar sus
opiniones, que se tienen en cuenta, pero recordó que el Ejecutivo se
ha visto obligado a tomar una decisiones que aplauden los foros
económicos internacionales.
El ministro aseguró que el Gobierno no ha tenido más remedio que
aplicar las medidas que considera apropiada, al tiempo que insistió
en que Irlanda está saliendo ya de una profunda recesión.
"El legado de deuda es un problema. Nos preocupa porque es cierto
que hemos acumulado una gran deuda, pero podemos afrontarla. Menos
del diez por ciento de nuestros ingresos se usa para pagar la deuda,
lo cual es manejable", dijo Ryan.
"A principios de la pasada década de los noventa, el Reino Unido
afrontó una situación similar, aunque quizá no tan dura, cuando la
crisis inmobiliaria desembocó en problemas de deuda. Usaban el 15
por ciento de los ingresos para eliminarla y, aún así, salieron de
la crisis", recordó el titular de Comunicaciones.
En su artículo, Kelly es particularmente crítico con el aval de
los depósitos que el Ejecutivo dio a los siete grandes bancos en
septiembre de 2008, la recapitalización de varios de ellos y la
creación de la Agencia Nacional de Gestión de Activos (NAMA).
NAMA prevé adquirir primero los activos tóxicos de los bancos y
asumir 1.200 créditos individuales con un valor nominal de 16.000
millones de euros por 8.500 millones de euros, lo que supone un
descuento del 47 por ciento.
Después, la agencia prevé la adquisición del resto de activos
tóxicos de las entidades financieras, operación valorada en 81.000
millones de euros. EFE