Washington, 18 nov (EFE).- Los precios que pagan los consumidores
(IPC) de Estados Unidos crecieron en octubre por encima de lo
previsto, un 0,3 por ciento, aunque los analistas consideran que
todavía no existen indicios que alerten de tensiones inflacionistas.
Detrás del aumento de los precios de octubre se encuentra, según
el Departamento de Trabajo de EE.UU., el encarecimiento de los
vehículos y sobre todo, de la energía.
Eliminada la energía y la alimentación, que son muy volátiles, el
núcleo subyacente del IPC avanzó un 0,2% el mes pasado, el mismo
resultado que en septiembre. Los analistas habían previsto en media
un incremento del 0,1%.
En 12 meses, los precios en Estados Unidos han caído un 0,2%,
después de que el incremento de octubre erosionara la deflación
acumulada a nivel interanual.
En cuanto a la inflación subyacente, ese núcleo ha subido en un
año un 1,7%, lo que indica que la deflación del índice general a
nivel interanual se debe exclusivamente a los retrocesos de los
precios de la energía y los alimentos con respecto a 2008.
Si bien los datos ofrecidos hoy revelan una cierta aceleración de
los precios, los analistas no consideran que sea un motivo de
preocupación para la Reserva Federal, que mantiene los tipos de
interés entre el 0 y el 0,25 por ciento.
"El último informe sobre el IPC no altera en absoluto el
escenario actual, y seguimos esperando para 2010 una inflación débil
debido a la capacidad ociosa que todavía tiene la economía
estadounidense", dijo a Marketwatch la economista de BNP Paribas
Anna Piretti.
Un estudio detallado del informe sobre la inflación revela que el
90 por ciento del incremento de la inflación subyacente en octubre
se debió a un salto "drástico" en el precio de los vehículos.
También subieron los precios de los billetes de avión y los
servicios médicos, mientras que cayó el valor de la ropa y el
entretenimiento.
Por su parte, el precio de la gasolina, el gas natural y otros
combustibles se elevó un 1,5 por ciento en octubre, la quinta subida
en seis meses, y el valor de los alimentos se incrementó un 0,1 por
ciento, tras haber bajado en dos de los tres meses previos.
En septiembre, el IPC aumentó un 0,2%, mientras que en agosto
sumó un 0,4%, impulsado principalmente por los carburantes.
Los datos sobre la evolución de los precios coincidió hoy con un
informe poco gratificante del sector inmobiliario, que refleja las
dificultades por las que aún pasa el sector inmobiliario
estadounidense, cuya burbuja dio origen a la crisis económica
mundial.
En octubre, el inicio de obras en Estados Unidos bajó un 10,6 por
ciento con respecto al mes anterior, con lo que acumula una caída
interanual del 30,7 por ciento.
El número de permisos de obra extendidos a los constructores
también se redujo un 4 por ciento en octubre frente al mes anterior,
y ha bajado un 24,3 por ciento en un año.
En octubre se iniciaron las obras en 529.000 viviendas, frente a
las 592.000 de septiembre y las 763.000 de octubre de 2008.
La mayor caída ocurrió en los edificios de apartamentos, donde la
construcción se redujo en un 33,3 por ciento con respecto a
septiembre. El inicio de obras en viviendas unifamiliares, que son
las más comunes en Estados Unidos, bajó un 6,8 por cieno en
comparación al mes anterior.
El número de obras terminadas en octubre subió un 1,9 por ciento,
hasta las 740.000, una cifra un 29,9 por ciento inferior al volumen
del mismo mes de 2008.
Los malos datos de octubre para el sector reflejan la
incertidumbre en torno a una desgravación de 8.000 dólares para las
personas que compran su primera vivienda, que estaba previsto que
venciera a finales de año.
El Congreso extendió a principios de este mes el programa y
aprobó una nueva ayuda de 6.500 dólares para personas que ya poseen
una casa y que se compran otra.
Por ello, los analistas prevén que la construcción se recupere en
los próximos meses. EFE