(Actualiza con datos del comprador y reacciones del Gobierno
sueco)
Copenhague, 16 jun (EFE).- El grupo sueco Koenigsegg, que ha
firmado un acuerdo de intenciones con la estadounidense General
Motors para adquirir Saab Automobile, destacó la solidez de los
compradores que están detrás de la operación, mientras que el
Gobierno de Suecia reconoció dificultades en el proceso.
El fundador del fabricante de coches de lujo Koenigsegg,
Christian von Koenigsegg, resaltó que no era esta pequeña compañía
sueca la que iba a comprar en solitario Saab, sino que detrás de
ella hay un consorcio "fuerte" y con fondos suficientes, que incluye
a inversores noruegos y estadounidenses.
Von Koenigsegg no quiso especificar, sin embargo, el precio
acordado con General Motors.
El consorcio tiene como mayor accionista al propio Von
Koenigsegg, a través de su compañía Alpraaz, con el 42,5 por ciento;
a Koenigseeg Automotive, con el 23,5; la estadounidense Mark Bishop,
con el 22, y el grupo noruego Eker, con el 12 y que a su vez
controla la mayoría de acciones en Koenigseeg Automotive.
La junta directiva del consorcio está presidida por el
estadounidense Augie K. Fabela, uno de los fundadores de Vimpelcom,
segundo operador de telefonía móvil en Rusia, e incluye a Christian
von Koenigsegg como director ejecutivo, a Mark Bishop y a Bård Eker.
La ministra de Industria sueca, Maud Olofsson, se mostró
satisfecha con que se haya encontrado una solución para Saab, aunque
reconoció sus dudas sobre la operación.
"Es un proceso complicado que aún no está del todo claro para
nosotros. Pero primero deberá ser el Banco Europeo de Inversiones
(BEI) el que lo investigue, y luego ya negociaremos nosotros con los
propietarios", afirmó la ministra.
Saab, cuya venta se concretará a finales del tercer trimestre de
este año, cuenta con que se cierre el compromiso de financiación de
600 millones de dólares del BEI, en el que el Gobierno sueco deberá
figurar como garante.
El apoyo adicional para financiar las operaciones y las
inversiones del programa de producto de Saab debe ser proporcionado
por General Motors y el grupo Koenigsegg.
Fundada en 1994 y con sede en Ängelholm, al sur de Suecia,
Koenigseeg Automotive cuenta con una plantilla de 40 empleados,
factura por valor de 100 millones de coronas suecas (menos de 10
millones de euros) al año y produce anualmente una veintena de
coches deportivos de lujo a un precio mínimo estimado de un millón
de dólares por unidad.
Sus números contrastan con los de Saab: 3.400 empleados y una
producción anual de 94.000 vehículos.
De los 27 interesados inicialmente en adquirir Saab, la cifra se
redujo a diez y finalmente, el mes pasado, a tres, entre los que se
había mencionado, sin confirmación oficial alguna, a la china Geely,
un grupo inversor estadounidense, Koenigsegg y la italiana Fiat.
El tribunal sueco de Vänesborg aceptó hace dos semanas, a
petición de Saab, declarada insolvente en febrero pasado, prorrogar
hasta el 20 de agosto el plazo para finalizar la reestructuración de
la empresa, por la dificultad y amplitud de la tarea.
El plan de reconstrucción incluye vender la compañía, concentrar
la producción en su fábrica de Trolhättan -en el sur de Suecia- y
cerrar las negociaciones sobre financiación.
La deuda de Saab asciende a 10.600 millones de coronas suecas
(casi 1.000 millones de euros), y la mayor parte ha sido contraída
con General Motors, con el Estado sueco como segundo acreedor.
El tribunal de Vänersborg celebrará mañana una reunión pública de
negociación con los acreedores para conocer si aceptan la propuesta
de Saab de pagar a corto plazo sólo el 25 por ciento de la deuda y
aplazar el resto a dos años.EFE