Buenos Aires, 11 oct (EFE).- La filial argentina de la fabricante
estadounidense de alimentos Kraft aseguró que la "intransigencia" de
los trabajadores con los que está en conflicto desde julio pasado ha
"impedido avanzar" en la resolución de la controversia.
En un aviso pagado que publica hoy la prensa local, la compañía
dijo que viene demostrando "su voluntad de diálogo y flexibilidad"
para zanjar el conflicto y afirmó que continuará desarrollando todas
sus actividades "con total apego" a las leyes argentinas.
Los trabajadores de la empresa anunciaron este sábado un nuevo
plan de lucha para la semana próxima al considerar que están
"trabadas" las negociaciones.
El renovado plan de acción incluye cortes en la carretera que
bordea la planta que la empresa tiene a las afueras de Buenos Aires
y movilizaciones hacia la Plaza de Mayo, el Ministerio de Trabajo y
los tribunales.
El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, aseguró que el conflicto
"no admite más dilaciones", después de adjudicarse como un "logro
del Gobierno" que la Justicia haya ordenado a la empresa la
reincorporación de cuatro delegados que habían sido suspendidos.
Mientras estos trabajadores de la planta que la firma tiene en la
localidad bonaerense de Pacheco denunciaron que tienen prohibido el
ingreso desde el despido hace casi dos meses de unos 160 empleados,
Kraft dijo lo contrario y los instó a regresar a sus tareas
laborales.
Los trabajadores rechazaron esta semana una propuesta de Kraft de
reincorporar a 20 empleados que habían sido despedidos, iniciativa
que se suma a otra que la empresa efectuó hace ocho días y en la que
se comprometía a reincorporar a otros 30 de los cesados.
El personal de Kraft recibió el respaldo de Hugo Moyano, líder de
la Confederación General del Trabajo (CGT), la mayor central obrera
del país, que se comprometió a poner en marcha "acciones judiciales"
y a tomar contacto con la embajada de Estados Unidos para ayudar a
solucionar la controversia.
El conflicto en Kraft Foods de Argentina, que emplea a unos 2.700
trabajadores, comenzó en julio pasado a raíz de reclamos salariales
y de mayores medidas de higiene ante la pandemia de la gripe A.
La planta de Pacheco fue ocupada por los trabajadores a mediados
de agosto, cuando la firma despidió a 160 empleados, de los cuales
86 reclaman su reincorporación.
Tras un violento desalojo hace algunos días, la fábrica retomó la
actividad la semana pasada en medio de múltiples protestas y
bloqueos en la carretera Panamericana, junto a la planta, y en las
calles de Buenos Aires.
A raíz de los disturbios, la empresa suspendió a otros 36
trabajadores. EFE