Londres, 25 jun (EFE).- El intenso cabildeo de la industria
financiera ha limitado el plan inicial de los reguladores del Reino
Unido de obligar a la banca a constituir reservas de miles de
millones para hacer frente a posibles crisis sin tener que recurrir
al dinero del contribuyente, como ha ocurrido con la última crisis.
Así lo señala hoy el diario Financial Times en referencia al
último borrador del llamado comité creado para supervisar la
regulación financiera, que se presentará este fin de semana en la
reunión del G20 en Toronto (Canadá).
El cambio más importante en las reformas propuestas es el
relativo a las recomendaciones del comité sobre las reservas de
liquidez que deberían tener los bancos para protegerlos del impacto
de una nueva crisis económica.
Según el periódico, se aprobarán las medidas de financiación a
corto plazo, pero el comité probablemente deje de lado la propuesta
de obligar a los bancos a mantener un ratio de "financiación estable
neta" a largo plazo que alinee activos y pasivo.
Esa propuesta, a la que se han opuesto enérgicamente los bancos,
podría ser finalmente sustituida por un sistema alternativo de
supervisión, dijeron al Financial Times personas conocedoras de los
trabajos del comité.
Según los banqueros, gracias a esa modificación se evitará un
aumento excesivo de los costos de financiación y de los intereses
que deben pagar los clientes por los créditos.
Los banqueros opuestos a las reformas argumentaron que la
propuesta inicial del llamado Basilea III habrían representado para
el sector financiero costos adicionales de hasta 5.000 millones de
dólares.
Algunos analistas han calculado que las reformas del Basilea III,
de aplicarse en conjunción con los nuevos impuestos al sector en los
distintos países, entre ellos el decidido por el nuevo Gobierno
británico, habrían recortado de un 5% a un 20% la rentabilidad media
de las acciones bancarias.
Algunos asuntos, como el tratamiento del capital de las filiales
que son sólo propiedad parcial de un banco o los déficits de las
pensiones, van a ser regulados sólo mínimamente a nivel
internacional, al menos a corto plazo.
Algunas fuentes bancarias creen, sin embargo, que el hecho de
delegar demasiado en los reguladores nacionales va a dar por tierra
con los intentos de coordinación global.
"El comité de Basilea quiere dar mucha libertad a los países
individuales, lo que va a crear un caos en lugar de permitir que
todos compitan en igualdad de condiciones", dijo al periódico un
veterano banquero español. EFE