Eva Yraola
Redacción Economía, 26 nov (EFE).- La lenta pero firme
depreciación que ha sufrido el dólar en los últimos meses ha llevado
a la divisa estadounidense a marcar mínimos frente al euro y el yen,
aunque los expertos no creen que afecte a la recuperación económica
ni provoque cambios en la política monetaria y fiscal.
El euro subió hoy en el mercado de divisas de Fráncfort hasta su
máximo anual: 1,5092 dólares, frente a los 1,5064 dólares de ayer
por la tarde.
Según los analistas consultados por Efe, esta desvalorización no
es excesivamente preocupante, aunque la ruptura de la cota
psicológica de los 1,50 dólares por euro puede dar al mercado la
impresión de que no hay una referencia firme.
La causa de la debilidad del dólar es la percepción entre los
inversores de que permanecerán bajos los tipos de interés en Estados
unidos por decisión de la Reserva Federal (Fed), un lastre para el
dólar al que se suma la lentitud de la recuperación económica a
escala mundial.
Paradójicamente, esta debilidad "controlada" favorece al sector
exterior de Estados Unidos.
La divisa estadounidense suele caer también cuando las plazas
bursátiles, especialmente Wall Street, viven jornadas con fuertes
subidas, y tiene a caer cuando la volatilidad y la incertidumbre
dominan los mercados.
Es en ese momento cuando los inversores buscan refugio en valores
más seguros, como el dólar.
En opinión de Virginia Romero, analista de Ahorro Corporación,
una caída más pronunciada podría poner alertar a la Fed, pero ese no
parece ser el caso.
La analista puntualiza además que la situación es ahora muy
distinta de la que se vivía a mediados de 2007, cuando un euro
equivalía a más de 1,60 dólares.
Para el director y fundador de EFD-Global Consulting Network,
Augusto López-Claros, la raíz del debilitamiento del dólar está en
la explosión del déficit estadounidense y la consecuente emisión de
deuda realizada para hacerle frente.
El déficit de Estados Unidos representa en la actualidad el 13
por ciento del PIB, frente al 2 por ciento registrado en el 2007.
López-Claros agregó a Efe a ese factor de base la creencia de los
mercados financieros de que la Reserva Federal "no quiere o
simplemente no puede" subir los tipos de interés a corto y medio
plazo, y eso favorece las operaciones de riesgo y la especulación.
"Es rentable endeudarse en dólares para invertir en otras divisas
o en activos de países emergentes", que en estos momentos son más
rentables", señaló.
El experto advirtió de los riesgos que entrañan este tipo de
operaciones, pues si el billete verde se aprecia, habrá bancos que
no puedan respetar los márgenes de cancelación de deuda en dólares,
y alertó sobre "burbujas no deseables que pueden convertirse en
fuentes de inestabilidad".
La analista de Ahorro Corporación, por su parte, reconoció que un
dólar débil y un euro fuerte pueden podrían en peligro la
recuperación económica en Europa, particularmente en países
fuertemente exportadores como Alemania, aunque de momento no se han
visto señales de preocupación.
De hecho, recordó a Efe que tras la reunión mensual de la Fed,
celebrada a comienzos de noviembre, sus responsables explicaron que
aunque hay indicios de reactivación económica se requerirán tasas de
interés "excepcionalmente bajas por un período extenso".
Lo cierto es, añade Romero, que la política monetaria y fiscal se
mantiene coordinada a ambos lados del Atlántico.
Esta depreciación del dólar ha contribuido también a una fuerte
revalorización de la onza de oro, que en los últimos días ha marcado
precios récord, que ayer marcó su máximo histórico de todos los
tiempos en 1.190 dólares y a esta hora se compraba a 1.182 dólares.
En la jornada de hoy influye además el bajo nivel de liquidez en
el mercado, debido a que Estados Unidos celebra hoy el Día de Acción
de Gracias y no hay sesión en Wall Street, lo que hace que haya
menos precios y que los saltos sean más fuertes.
De momento, donde más preocupa la debilidad del dólar es en
Japón, país eminentemente exportador en el que la mayoría de los
exportadores nipones tienen como referencia un tipo de cambio de 90
ó 95 yenes por dólar, por lo que un dólar más débil perjudica a sus
beneficios en el extranjero.
La divisa estadounidense cayó hoy en el mercado de divisas de
Tokio hasta la banda de los 86 yenes, su nivel más bajo en catorce
años y cuatro meses.
Llegó a marcar los 86,72 yenes poco después del mediodía, su
menor nivel desde julio de 1995, aunque posteriormente se recuperó
ligeramente.
El Gobierno japonés ha insinuado que podría acometer una
intervención en el mercado de divisas para estabilizar la cotización
del yen. EFE