Shanghái (China), 22 may (EFE).- La carne argentina, vetada en
China por un brote de fiebre aftosa desde 2006, continúa esperando
para entrar en el gigante asiático, a pesar de que sus productores
aseguran que ya cumple todos los requisitos para exportar.
Los productores esperaban recibir los permisos el año pasado,
pero las negociaciones entre ambos gobiernos han retrasado la
apertura del mercado, por lo que Argentina volvió a participar este
año en la feria de alimentación más grande de Asia, SIAL, en
Shanghái, sin poder vender sus productos.
"Creemos que estamos en condiciones, tanto sanitarias como
legales, para la reapertura", explicó a Efe el director general del
Instituto de Promoción de la Carne Vacuna, Carlos Alberto Vuegen,
que se mostró confiado en que el mercado se abra por fin este año.
Desde la embajada argentina en China se asegura que las
negociaciones están en "proceso de conclusión" y se espera también
que la apertura llegue en el transcurso de este año, según explicó a
Efe su agregado agrícola, Omar Odarda.
Prueba de que la apertura del mercado está próxima es la
aprobación excepcional de entrada de una primera partida de 35
toneladas de carne para el restaurante que Argentina tiene en su
pabellón de la Exposición Universal, que se celebra también en
Shanghái.
Este año, Argentina acudió a la feria SIAL con cinco empresas de
carne, dos más que el año pasado, para comprobar "si hay realmente
interés por nuestra carne", explicó Vuegen.
"No estamos queriendo competir con grandes volúmenes ni con bajos
precios, queremos competir con calidad y en mercados donde se pueda
pagar realmente bien la carne argentina", aseguró Vuegen, en
relación al tipo de cliente que buscan sus empresas en China, sobre
todo, restaurantes y hoteles de lujo.
Además, destacó la importancia del mercado de vísceras, grande en
China, y en el que Argentina tiene excedente para exportar porque,
al contrario de lo que ocurre con la carne, el país latinoamericano
tiene un hábito de consumo de estos productos bajo.
La participación argentina en la feria se completó con tres
empresas de patas de pollo, dos lácteas y una distribuidora de
varios productos.
En SIAL estuvo también, con ocho empresas, el Instituto Nacional
de la Carne de Uruguay (INAC), cuyos productos se exportan desde
hace tiempo a China, un mercado que consume sobre todo vísceras,
aunque "también hay interés en algunos cortes y ya comienzan a comer
más carne", explicó a Efe su vicepresidente, Fernando Pérez Abella.
"Es un mercado que ha venido creciendo" para Uruguay, añadió
Pérez Abella, aunque sus principales clientes aún son Rusia y la
Unión Europea.
"Culturalmente tenemos algunas dificultades porque en China no
están acostumbrados a consumir mucha carne", señaló, por lo que su
producto, de gran calidad y caro para el poder adquisitivo chino, va
destinado sobre todo a hoteles y restaurantes de alto nivel, el
mismo tipo de cliente al que apunta Argentina.
La apertura del mercado chino para el país vecino no preocupa a
Pérez Abella, ya que "el chino compra como consecuencia de la
amistad que se genera, considera la compra como un acto de amistad",
por lo que lo importante para vender es crear ese vínculo, y no
tanto la marca país o la región de donde procede la carne. EFE
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