Bruselas, 28 oct (EFE).- La Comisión Europea (CE) ha dado hoy su
visto bueno definitivo al paquete de ayudas concedidas por el Reino
Unido para la reestructuración del banco hipotecario Northern Rock,
según ha anunciado hoy.
Bruselas comenzó a investigar en abril de 2008 estas ayudas -que
supusieron la primera operación de rescate de una entidad británica
tras el estallido de la crisis financiera- y decidió, en mayo de
este año, extender el análisis debido a las "sustanciales
modificaciones" aplicadas por el Reino Unido al plan inicial.
En su decisión de hoy, la CE concluye que, efectivamente, el
paquete de medidas es compatible con la legislación comunitaria
sobre ayudas estatales.
El esquema de reestructuración de Northern Rock prevé la división
de la entidad en un "banco saneado" -que asumirá las actividades
comerciales- y un "banco contaminado", donde se englobarán la mayor
parte de los prestamos hipotecarios que serán liquidados.
La CE se ha mostrado "satisfecha" con estas medidas ya que
considera que restaurarán la viabilidad a largo plazo del banco
saneado y permitirán la "liquidación ordenada" de los activos
contaminados, sin por ello provocar una distorsión excesiva a la
competencia.
"La quiebra del Northern Rock habría generado importantes efectos
perjudiciales en el mercado hipotecario británico y en la
estabilidad financiera general de la economía del Reino Unido", ha
explicado la comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes.
Bruselas ha subrayado que el paquete de ayudas se limitó al
mínimo necesario y que posibilita al "banco saneado" seguir
concediendo préstamos a la economía real del país.
Además, el esquema, que permitirá a la entidad operar sin el
apoyo estatal a largo plazo, corregirá la excesiva expansión vivida
por el Northern Rock antes de la crisis y reducirá a menos de la
mitad su participación en el mercado.
En diciembre de 2006, Northern Rock era el quinto banco
hipotecario británico, con un balance total de 150.000 millones de
euros.
Sin embargo, la crisis económica y financiera le obligó a acudir
en busca de ayuda al Banco de Inglaterra, que le concedió un crédito
ilimitado (cerca de 25.000 millones de libras, equivalentes a más de
31.000 millones de euros), para evitar su quiebra.
Esa ayuda, que recibió el visto bueno de la CE en diciembre de
2007, debía limitarse a seis meses.
El Gobierno británico trató de encontrar un comprador para
reflotar la entidad, pero finalmente, en febrero del pasado año,
optó por su nacionalización.
Así, las pérdidas generadas por los antiguos préstamos
hipotecarios de riesgo que concedió Northern Rock deberán ser
asumidas por el Estado británico.
Según la legislación europea de competencia, para aceptar nuevas
ayudas al banco, más allá de los seis meses citados, las autoridades
británicas debían garantizar su viabilidad futura sin inyecciones
adicionales de dinero público y, además, Northern Rock tenía que
reducir su tamaño.
Tras analizar en profundidad el esquema, Bruselas ha decidido dar
hoy el visto bueno a estas ayudas al concluir que las ayudas
británicas cumplen estos requisitos. EFE