Londres, 4 dic (EFE).- La cifra total del dinero público empleado
para reflotar a los bancos británicos, que estuvieron al borde del
colapso en octubre de 2008, asciende a 850.000 millones de libras
(937.000 millones de euros o 1,4 billones de dólares).
Así lo pone de manifiesto un informe de la Oficina Nacional
Auditora (NAO) conocido hoy, que ofrece una cifra mucho mayor de la
conocida hasta ahora y que es el equivalente a entregar a cada
familia del Reino Unido 4.000 libras (4.412 euros o 6.650 dólares).
La cantidad recibida por los bancos supera el presupuesto anual
del Servicio Nacional de Salud (NHS), triplica la partida destinada
a Defensa y quintuplica el gasto anual en transporte.
La NAO, el organismo encargado de supervisar la transparencia del
gasto público, señaló que la cifra definitiva podría tardar años en
conocerse y que incluye los planes de rescate de las entidades
financieras y los préstamos y garantías concedidas por el Tesoro.
Además, habrá que sumar además el dinero que le han costado al
Estado los servicios de asesoría financiera y legal contratados.
Por ejemplo, cita el informe de la Oficina, Credit Suisse
recibirá 15,4 millones de libras (17 millones de euros o 25,6
millones de dólares), a razón de 300.000 libras mensuales.
La NAO critica el contrato de estos servicios, que incluyen unas
comisiones no definidas en función del éxito que se consiga, aunque
reconoce que, siempre que el gasto esté por debajo de las 100
millones de libras, serán los bancos parcialmente nacionalizados
-Lloyds Banking Group y RBS- los que se hagan cargo de la minuta.
No obstante, la NAO considera "justificado" que el Estado hiciera
uso de estos recursos financieros sin precedentes a cuenta del
bolsillo de los contribuyentes para proteger a la industria, cuyo
colapso total hubiera sido catastrófico para el país.
Según la NAO, el rescate multimillonario de los bancos logró el
objetivo de evitar que la crisis se extendiera y salvó los ahorros
de los británicos, pero fracasó en su objetivo de reanudar los
niveles normales de crédito a las empresas y los particulares, una
de las razones de que la economía británica siga en recesión.
El informe ofrece también detalles desconocidos sobre la gravedad
de los problemas del RBS (Royal Bank of Scotland) antes de que fuera
rescatado por el Gobierno, que creyó hasta el último momento que la
situación financiera de la entidad era "razonablemente sólida".
RBS recibió 36.000 millones de libras de dinero público -una
cifra que se conoció el pasado mes de noviembre, un año después de
su desembolso-, y todo apunta a que la cifra total del plan de
rescate asciende a 131.000 millones de libras.
El Departamento del Tesoro afirmó que recibe positivamente el
informe y que ofrecerá una respuesta detallada ante la comisión de
Cuentas Públicas de la Cámara de los Comunes el día 14.
El presidente de esta comisión, Edward Leigh, llamó la atención
sobre "la extendida sospecha de que los bancos rescatados están
utilizando los fondos recibidos simplemente para llenar sus
bolsillos de oro", sobre todo al saberse que "probablemente no serán
capaces de cumplir sus compromisos crediticios con las empresas".
El Gobierno británico hizo este jueves un llamamiento a los
banqueros para que asuman la realidad actual y se resignen a dejar
de cobrar sus primas millonarias, después de que la directiva del
RBS insinuara que dimitirá si se le recortan los incentivos.
El secretario de Estado responsable de la "City" (centro
financiero de Londres), Paul Myners, conminó a los financieros a
"volver al mundo real", mientras que el ministro de Empresa, Peter
Mandelson, les pidió que mostraran "contención".
Las declaraciones de miembros del Gobierno se produjeron al
trascender que el consejo de administración del RBS ha pedido
asesoría legal para dimitir en bloque si no cobran primas.
Los altos ejecutivos reaccionaron así a una reciente afirmación
del ministro de Economía, Alistair Darling, en el sentido de que el
Tesoro, en su condición de accionista mayoritario, tendría derecho a
intervenir en las decisiones sobre retribuciones en el RBS.
El banco escocés, propiedad del Estado en un 70 por ciento -que
podría ampliarse en el futuro a un 84 por ciento cuando la entidad
entre en un plan de protección de activos-, considera que debe pagar
esas primas para mantener su competitividad inversora. EFE