Antonio Sánchez Solís
Viena, 22 may (EFE).- Las cotizaciones del crudo sufrieron una
nueva semana de caídas que llegaron a situar el precio del "oro
negro" en valores puntuales no vistos desde el pasado julio,
arrastrados por el fortalecimiento del dólar, los problemas
financieros en la zona del euro y el temor a una recaída de la
economía.
Así, los mercados petroleros sufrieron una semana más las dudas
sobre los efectos que sobre la economía europea, y mundial, pueda
tener el elevado endeudamiento de muchos socios de la zona euro y
sus anunciados planes de recorte del gasto.
El barril de Brent, referente en Europa, cerró la semana de
cotizaciones en el Intercontinental Exchange Futures (ICE) de
Londres a un precio de 71,68 dólares, un 7 por ciento menos que la
semana anterior,
En la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex), el crudo de Texas
(WTI) para entrega en junio acumuló hasta el jueves una caída del 5
por ciento y se cotizó a 68,01 dólares por barril. El viernes,
cuando se empezó a operar sobre los contratos de julio, el precio
del Texas quedó fijado en 70,04 dólares por barril.
Respecto a la Organización de Países Exportadores de Petróleo
(OPEP), su barril de referencia cerró el jueves, última cotización
hecha pública, a 69,94 dólares, tras acumular seis caídas
consecutivas y una depreciación del 10 por ciento.
Desde el comienzo de la semana el pesimismo se instaló en las
cotizaciones del petróleo, debido al creciente temor de que la
crisis de deuda soberana en Europa, iniciada en Grecia y extendida a
otros países, pueda perjudicar la recuperación económica y hacer
caer la demanda global de petróleo.
Los recortes de gasto e inversiones anunciados por varios países
europeos para intentar controlar el déficit han generado dudas sobre
el efecto que esa política de ahorro tendrá sobre el crecimiento
económico, justo cuando las expectativas de superación de la crisis
económica mundial se hacían más esperanzadoras.
Esas dudas sobre si la economía volverá a estancarse, y con ella
la demanda de crudo, se han extendido también a Estados Unidos, el
mayor consumidor de petróleo del planeta.
Así, el lunes se conocieron datos negativos sobre la actividad
manufacturera en EE.UU., lo que contribuyó a alimentar la ansiedad
sobre la evolución de la recuperación económica.
La caída libre del euro ganó enteros el miércoles, cuando su
cotización frente al dólar marcó el mínimo en cuatro años, tras
anunciar Alemania la prohibición de la venta en descubierto de deuda
pública de los países de la zona del euro y de acciones de empresas
relevantes para el sistema financiero germano.
Aunque la divisa comunitaria se recuperó luego en parte, el
fuerte empuje del dólar mantuvo a los inversores alejados del
petróleo y de otras materias primas que se hacen menos atractivas
cuando el "billete fuerte" está fuerte.
Tampoco contribuyeron a la calma los datos difundidos por el
Departamento de Energía de EEUU sobre el incremento la semana pasada
de las reservas de crudo en el país, que crecieron en 200.000.
Con todo, ese aumento fue menor al esperado por los analistas.
El jueves llegó un nuevo jarro de agua fría cuando se supo que la
semana pasada subieron en 25.000 las solicitudes de subsidios por
desempleo en EEUU y que el índice de tendencia futura de la economía
estadounidense, que elabora The Conference Board, bajó 0,1 puntos,
el primer retroceso en más de un año.
Esos datos apuntan a que el avance de la economía estadounidense
en los próximos meses podría perder algo de vigor, según la entidad.
Perspectivas desfavorables en torno a la economía o el empleo
tienden a presionar a la baja a los precios del crudo y de los
combustibles, por expectativas de un menor nivel de demanda. EFE