Santiago de Chile, 23 abr (EFE).- La creciente importación de
alimentos en Centroamérica, el estímulo a la agricultura familiar en
Suramérica y el aumento de la inseguridad alimentaria en el Caribe
son los desafíos que, según dijo hoy la FAO, afrontan las
subregiones de América Latina y el Caribe.
Ello de acuerdo con documentos que serán analizados durante la 31
Conferencia Regional de la Organización de Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO), que se celebrará en Ciudad de
Panamá del 26 al 30 de abril.
Según dijo hoy en Santiago la Oficina Regional del organismo,
cada subregión enfrenta desafíos particulares, pero en todas se
observan los impactos de la crisis económica y del aumento de los
precios de los alimentos.
Esto ha reducido el acceso de las poblaciones a la alimentación,
precisó el experto de la FAO Salomón Salcedo.
Añadió que la identificación de los retos en las subregiones
ayudará a definir las prioridades de trabajo de la FAO en la región,
buscar sinergias y complementar las acciones que desarrolla junto a
los gobiernos.
En América Central, según la FAO, se evidencia una dependencia en
las importación de alimentos, que se puede apreciar, por ejemplo, en
el caso del maíz.
En 2006 se consumían 5,6 millones de toneladas métricas anuales,
pero en la subregión se producían sólo 2,8 millones, en un contexto
en que el sector agroalimentario es uno de los más relevantes por su
participación en el Producto Interno Bruto (PIB).
Sobre esa base, la FAO propone dar énfasis en esa zona al
incremento de la producción agropecuaria y pesquera y al
cumplimiento de la meta 2 del Objetivo de Desarrollo del Milenio
(reducir a la mitad el porcentaje de personas que padecen hambre
antes de 2015).
También al aumento de la sanidad vegetal, animal e inocuidad de
alimentos; el fortalecimiento de la competitividad de la producción
y los negocios rurales, agropecuarios, forestales, pesqueros y
acuícolas, la mejora del manejo sostenible de los recursos naturales
y la gestión de riesgos.
En Suramérica, el alza de los precios de los alimentos y la
crisis financiera significaron retrocesos en la lucha contra el
hambre, tras haber logrado avances en esta área, al reducir del doce
al ocho por ciento la población en estado de subnutrición en
1990-2006.
Para recuperar la tendencia positiva, la FAO destaca la
importancia de aumentar el apoyo a la agricultura familiar,
considerada de gran relevancia por su participación en el empleo
sectorial, que en países como Brasil, Chile y Colombia es mayor al
50 por ciento.
En esos mismos países, la agricultura familiar responde por el 90
por ciento del total de las explotaciones agrícolas, pero pese a
ello su participación en el valor de la producción sectorial es
significativamente menor: en Brasil un 38 por ciento, en Chile el 27
por ciento, y en Colombia el 41 por ciento.
El Caribe, en tanto, es la única subregión donde el número de
personas subnutridas aumentó entre 1990 y 2005, pasando de 7,5 a 7,6
millones, a causa de una combinación de factores.
Entre ellos, dice la FAO, está el alza de precios internacionales
de los alimentos, pues la mayoría de sus países se clasifica como
importadores de alimentos, así como las catástrofes naturales que
han impactado la producción local.
La FAO, en este caso, propone incrementar la producción y
productividad interna e incentivar la organización de los pequeños y
medianos agricultores para que tengan un mejor acceso a los
mercados. EFE