Fráncfort (Alemania), 18 ago (EFE).- La nueva regulación para los
bancos, que les exigirá más capital y liquidez que actualmente,
tendrá un impacto pequeño en las tasas de crecimiento anual.
Esta es una de las conclusiones de un informe que publicó hoy el
Banco de Pagos Internacionales (BPI), que ejerce de banco para los
bancos centrales y tiene sede en la ciudad suiza de Basilea.
El director del Comité de Supervisión Bancaria, Mario Draghi,
dijo que "el análisis es exhaustivo".
Draghi, que es también gobernador del Banco de Italia, aseguró
que "el análisis muestra que los costes macroeconómicos de
implementar estándares más fuertes son manejables..., mientras los
beneficios a largo plazo para la estabilidad financiera y el
crecimiento económico más estable son sustanciales".
El informe, que ha sido realizado por el Comité de Estabilidad
Financiera y el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, destaca
que "hay claros beneficios económicos netos a largo plazo de
incrementar los requisitos mínimos de capital y liquidez de los
niveles actuales con el fin de aumentar la seguridad y salud del
sistema bancario global".
Por ejemplo, se reducirá la probabilidad de sufrir una crisis
financiera y las pérdidas de rendimiento asociadas con ella.
Los beneficios de la nueva regulación bancaria superan los costes
potenciales en el rendimiento por las exigencias de capital y
liquidez más elevados.
El informe, en el que también ha participado el Fondo Monetario
Internacional (FMI), concluye que "la transición a unos estándares
de capital y liquidez más fuertes tendrá un impacto modesto en la
producción agregada".
Si esos requisitos se realizan en cuatro años, el aumento de 1
punto porcentual del actual ratio del capital en acciones ordinarias
y los activos ponderados por riesgo reducirá la tasa de crecimiento
anual una media del 0,04% en los próximos cuatro años y medio.
El impacto del aumento del 25% de los mínimos de liquidez
exigidos será menor de la mitad que el de aumentar el ratio de
capital 1 punto porcentual.
El impacto se producirá porque los bancos pasarán costes más
elevados a los prestatarios, lo que ralentizará la inversión. EFE