París, 26 may (EFE).- La economía brasileña, en la línea con los
otros grandes países emergentes, está mostrando una capacidad de
recuperación con más vigor de lo anticipado hace unos meses, por eso
la OCDE ha revisado su previsión de crecimiento hasta el 6,5% para
2010 y hasta el 5% en 2011.
Estas cifras aparecen en el informe semestral de perspectivas
publicado hoy por la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE) y suponen una neta corrección al alza de
1,7 puntos y cinco décimas, respectivamente, comparadas con la
previsión de noviembre pasado.
Aunque la economía brasileña cayó un 0,2% en el conjunto de 2009,
desde mediados de ese ejercicio la recuperación se estaba fraguando
y de hecho el Producto Interior Bruto (PIB) en términos reales ya
estaba por encima de su nivel anterior a la crisis, destaca la
organización.
Entre las razones de que Brasil volviera tan rápidamente a la
senda de la expansión está en primer lugar que la política monetaria
y los estímulos fiscales favorecieron la inversión y el consumo
privado, lo que se ha traducido por ejemplo en un aumento de las
importaciones.
El gigante suramericano también se ha beneficiado de la inflexión
en el ciclo de reconstitución de las existencias de las empresas y
de la subida de los precios de las materias primas que exporta.
Y según los autores del informe, los indicadores de corto plazo
siguen abundando en la idea de que la demanda interna es la que va
tirando de la economía brasileña en la primera mitad de 2010.
La OCDE calcula que el buen comportamiento de la recaudación
fiscal va a permitir cumplir con el objetivo de un excedente del
3,3% del PIB tanto este año como el próximo, con la consecuente
reducción del endeudamiento público.
En cualquier caso, el conocido como el "Club de los países
desarrollados" advierte de que el gasto público recurrente pesará
sobre el presupuesto a largo plazo, y por eso afirma que las
autoridades deben "rápidamente" retirar los estímulos puestos en
marcha para hacer frente a la crisis.
"El anuncio de recortes en el gasto de un total equivalente al 1%
del PIB en el presupuesto de 2010 es un paso en esa dirección",
señala, tras precisar que aunque algunas exenciones fiscales ya han
desaparecido, ciertas medidas de estímulo van a seguir en vigor
hasta las elecciones presidenciales de octubre.
Los autores del informe, aunque admiten que la retirada de esas
medida puede ralentizar la demanda privada, insisten en que ése será
un efecto "temporal", y que quedará más que anulado por los
programas para 2011 de infraestructuras y en el terreno de la
energía.
La OCDE constata que la fuerte recuperación económica ha hecho
emerger presiones inflacionistas, y que la evolución de los precios,
en términos interanuales, está medio punto porcentual por encima de
la horquilla que se marca como objetivo el banco central.
No obstante, considera que la inflación ha tocado techo, y que se
encuentra en una "banda de tolerancia" que no hace peligrar las
directrices de política monetaria.
En concreto, calcula que el índice de precios al consumo, después
de haberse situado en una media del 4,3% en 2009, va a subir al 6,2%
en 2010, para situarse en el 5% en 2011. EFE