Pekín, 2 feb (EFE).- La Organización para la Cooperación
Económica y el Desarrollo (OECD) instó hoy a Pekín a aumentar la
flexibilidad del cambio del yuan -para prevenir la inflación-, a
apoyar su política monetaria en los tipos de interés e invertir en
educación y seguridad social para cohesionar la sociedad.
Según la Organización, el Banco Popular de China (central)
"necesita poder mover más ampliamente los tipos de interés a corto
plazo para fortalecer el papel protector de la política monetaria
frente a las sacudidas internas y externas".
El órgano regulador podría así manejar mejor la economía
ajustando los tipos de interés a medida que los negocios decidan sus
inversiones según los cambios de tipos, ya que si se centra en
manejar la cantidad de fondos, continuará la tendencia de los bancos
a prestar a entidades estatales en lugar de a privadas más
productivas, añadió.
El informe sobre China presentado hoy, el segundo después del
elaborado hace un lustro, destacó la importancia de que el ahorro
gubernamental descienda para favorecer servicios sociales y
educativos, mejorar los sanitarios, disminuyendo el peso de los
hospitales a favor de los ambulatorios, y establecer un sistema
sostenible de pensiones.
"En los últimos cinco años, China salió de la recesión y se
convirtió en un motor de crecimiento con el 10,7 por ciento en 2009,
mientras muchos países de la OCDE no ven la salida a corto plazo"
dijo su economista jefe, Pier Carlo Padoan.
El documento analiza cómo China afronta la crisis global, cómo se
prepara para el futuro y recomienda medidas de política monetaria,
apertura del mercado financiero al exterior, aumento de la
competitividad y eliminar barreras internas.
También se pronuncia a favor de la movilidad geográfica laboral,
reforma en la que el Gobierno ha dado algunos pasos para reducir el
peso del "hukou" o certificado de origen de una persona que marca
toda su vida personal y laboral.
Las previsiones de aumento de inflación en 2010 y 2011 se verán
compensadas por medidas recientemente adoptadas por el Gobierno,
afirmó Padoan, pero el riesgo existe y el aumento de los precios,
principalmente en vivienda, preocupa a la sociedad.
"La evolución de la inflación debe monitorearse de cerca",
destacó.
La OCDE predijo un aumento del 1,8 por ciento en 2010, el 0,1 por
ciento más que la previsión anterior, y del 2 por ciento en 2011, el
1 por ciento más, mientras que en 2009 el IPC descendió el 0,7 por
ciento.
Según Richard Herd, economista responsable de China e India, dado
que las presiones inflacionistas aumentarán y la inversión es
fuerte, China podría aumentar en 2010 los tipos de interés, pero
debería esperar, fortaleciendo el yuan.
Sobre el paquete de estímulo financiero anunciado por Pekín en
noviembre de 2008 (586.000 millones de dólares) para combatir la
crisis global, principalmente inversión en infraestructuras, Herd
dijo que originó resultados positivos, directos e indirectos.
"La inversión en el ferrocarril subterráneo en las nuevas zonas
urbanas evitarán que se utilicen coches privados y aunque haya
proyectos sin objetivo, en conjunto es útil pues, por ejemplo, la
red ferroviaria necesitaba mejorarse, entre otros para llevar el
carbón de las minas a las centrales hidroeléctricas", afirmó.
Según Padoan, "el paquete chino de estímulo a la economía ha sido
capaz de originar resultados en infraestructuras, préstamos
bancarios e inversiones, con signos de que se avanza en el consumo
interno".
En junio, el Banco Mundial (BM) dijo en Pekín que si el paquete
de estímulo fiscal ayuda a mantener un índice aceptable de
crecimiento y favorece la creación de empleo, no era conveniente ni
necesario añadir más estímulos.
"China puede permitirse el gasto extra pues sus finanzas públicas
son fuertes y la deuda gubernamental representó solamente el 21 por
ciento del PIB en 2008, que las medidas de estímulo aumentarán en el
3 por ciento en 2010 "pero la deuda pública de algunos países de la
OCDE puede alcanzar al PIB en 2010 e incluso excederlo en 2011",
dijo hoy la OCDE.
Pero, añadió, aunque la decidida acción de Pekín en apoyo de su
economía permitió contener el impacto de la recesión global y el
mundo se beneficiará del giro hacia el consumo interno, "un aumento
mayor del gasto social será importante tanto para impulsar la
cohesión interna como para el equilibrio externo". EFE