París, 9 sep (EFE).- La OCDE prevé una ralentización económica
"un poco más pronunciada de lo esperado" en los países ricos,
durante el segundo semestre del año, debido al freno en el consumo
privado y a la incertidumbre creada por las abultadas deudas
públicas.
El crecimiento económico en los países del G7 debería disminuir y
situarse en torno al 1,5% en ritmo anual en la segunda parte de
2010, tras haber progresado al 3,2% en el primer trimestre y al 2,5%
en el segundo, según las perspectivas interinas presentadas hoy por
la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
(OCDE).
La ralentización será general para todos los Estados del G7, pero
más pronunciada para los tres que también forman parte de la zona
euro (Alemania, Francia y en particular Italia) y para Japón.
El PIB de esos tres integrantes de la zona euro únicamente
aumentará a un ritmo anual del 0,4% en el tercer trimestre y al 0,6%
en el cuarto, después de haberlo hecho al 1,5% y al 5,1%
respectivamente en el primero y en el segundo.
En Japón, las cifras serán ligeramente mejores, con alzas del
0,6% entre julio y septiembre y del 0,7% entre octubre y diciembre,
frente al 4,4% entre enero y marzo y el 0,4% entre abril y junio.
La evolución será más positiva en Estados Unidos, con incrementos
del 2% y del 1,2% en el tercer y cuarto trimestres, después del 3,7%
y el 1,6% en el primero y el segundo.
Para el Reino Unido, el ritmo anual de ascenso del PIB después de
haberse situado en el 1,3% y en el 4,9% en los dos primeros
trimestres del año, pasará a ser del 2,7% y el 1,5% en los dos
siguientes.
Canadá, por último, que registró una subida del 5,8% entre enero
y marzo y del 2% entre abril y junio, pasará al 2,2% entre julio y
septiembre y al 2,3% entre octubre y diciembre.
La OCDE no ofreció previsiones para el conjunto del año sobre los
otros países de la organización, como hace en sus informes
semestrales de perspectivas (el próximo se publica en otoño) y puso
el acento en que pesan "considerables incertidumbres" sobre las que
dio a conocer por diversas razones.
Entre esas incertidumbres el economista jefe, Pier Carlo Padoan,
destacó el posible freno del consumo privado por el contexto
económico difícil y en particular por la evolución del paro, pero
también los eventuales efectos negativos que podría tener en el
sistema financiero el elevado nivel de deudas soberanas.
También aludió, como punto positivo, al hecho de que el nivel
relativamente bajo de la inversión privada, unida a la robustez de
los beneficios de las empresas y al bajo volumen de existencias
induce a pensar que la inversión debería marcar una inflexión
positiva en los próximos meses.
En ese contexto, Padoan reconoció que "es todavía difícil decir
si el agotamiento de la recuperación es temporal", como parece, o si
"es el signo de una debilidad subyacente más pronunciada del consumo
privado" en el momento en que las medidas contra la crisis llegan a
su fin.
En el primer caso, Padoan aconsejó retrasar "varios meses" el
desmantelamiento de las medidas de apoyo monetario pero manteniendo
el saneamiento de las finanzas públicas para hacer frente a
"situaciones presupuestarias insostenibles".
Pero "si la desaceleración refleja factores que ejercen un
frenado más duradero de la actividad, se podría justificar un apoyo
monetario suplementario" con un cambio "cuantitativo" y el
compromiso de mantener los tipos de interés "a un nivel próximo a
cero durante un largo periodo", añadió. EFE