Berlín, 15 sep (EFE).- La reunión entre los países europeos con
plantas de Opel celebrada hoy en Berlín no logró arrojar nueva luz
sobre la operación de venta a Magna, decisión que el jueves pasado
tomó a todos por sorpresa, y cuya celeridad, a pocas semanas de las
elecciones alemanas, causó malestar en diversas capitales.
El encuentro, al que además de todos los países con fábricas de
Opel, participaron representantes de la Comisión Europea, había sido
convocado por Alemania para pedir cooperación en el paquete de
créditos y avales de 4.500 millones a los que se ha comprometido
Berlín para salvar Opel.
La reunión se produce en un momento de tensión entre Alemania y
los países europeos con plantas - España, Bélgica, Reino Unido y
Polonia- por considerar que la operación con Magna beneficia
demasiado los intereses alemanes y que no hay suficiente claridad
sobre sus detalles.
A ello se añade el escepticismo de que entrar en un negocio con
Rusia no sólo pueda constituir un traspaso de tecnología, sino
también una continua inyección de fondos.
El gobierno alemán, para hacer frente a esas dudas, se
comprometió a un calendario de información por entregas, que prevé
un primer informe para el 21 de septiembre, y el último para el 7 de
octubre, es decir después de la elecciones generales en Alemania,
que para muchos ha sido el detonante de la decisión tan prematura.
Magna confirmó ayer que su plan prevé el recorte de 10.500
puestos de los en torno a 50.000 empleos que hay en toda Europa, de
los que unos 4.000 recaerían sobre Alemania.
La planta española de Figueruelas (Zaragoza) vería reducida su
plantilla de actualmente 7.500 en 1.642 puestos.
El país más afectado sería Bélgica, que debería encajar el cierre
de su planta en Amberes, si bien el comité de empresa en Rüsselsheim
ha prometido tratar de evitar que se llegue a ese extremo.
El acuerdo anunciado la semana pasada por General Motors
estipula que la casa matriz estadounidense mantenga el 35 por ciento
de las acciones, ceda el 55 al citado consorcio y el diez a la
plantilla.
Antes de entrar en la reunión, en la que únicamente se acordó que
Berlín pedirá a Magna que precise su plan financiero y de
viabilidad, el ministro español de Industria, Miguel Sebastián,
criticó la política de información de los últimos días.
"Falta ahora mismo información por parte de Magna. Ha habido una
decisión que nos ha parecido sorprendente porque General Motors
nunca vio la opción de Magna como la mejor opción", dijo Sebastián.
Uno de los problemas fundamentales es la falta de claridad
respecto al futuro de la producción de la planta de Figueruelas
(Zaragoza), de donde en principio desaparecería el montaje del Corsa
de tres puertas.
Los planes de Magna -por lo que se conoce hasta ahora- contemplan
trasladar la producción de este modelo -el de cinco puertas
permanecería en Figueruelas- a Eisenach, algo que, según Alaiga, no
se entiende habida cuenta de que los costes de producción de la
planta alemana son superiores. EFE