Lisboa, 14 oct (EFE).- Un nuevo plan de ajuste fiscal para el 2012, el más duro de las últimas décadas y el tercero en cuatro meses, ha despertado la contestación social en Portugal, donde los sindicatos se preparan y la oposición de izquierdas avisa de su pernicioso efecto.
El aumento en media hora diaria de la jornada laboral en el sector privado, la supresión de las dos pagas extra a los funcionarios y pensionistas y una subida del IVA en numerosos productos y servicios son algunas de las medidas anunciadas anoche por el Gobierno luso que han causado polémica en el país.
El primer ministro de Portugal, Pedro Passos Coelho, las justifica al considerarlas necesarias para evitar la bancarrota del país, que ya vive al abrigo de un préstamo internacional de 78.000 millones de ruso, y eludir así las presiones para abandonar la zona euro.
En un debate parlamentario celebrado hoy, Passos Coelho confirmó que "la austeridad en 2012 tendrá que ir más lejos" de lo pactado en mayo entre Portugal, la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Ambos organismos multilaterales piden a cambio del préstamo de 78.000 millones varias reformas económicas que lleven a una brusca contracción del déficit luso del 9,8 % en el 2010 al 4,6 % en 2012.
Durante su intervención, el jefe de Gobierno acusó al anterior Ejecutivo socialista (2005- junio del 2011) del desorden en las cuentas públicas, que este año registran, según sus cálculos, desvíos de unos 3.000 millones de euros que necesitan ser corregidos.
El resto de grupos de la oposición, todos de tendencia de izquierdas, aprovecharon el debate para verter fuertes críticas a la coalición conservadora que lidera Passos Coelho.
El Partido Socialista (PS), el principal de la oposición, tildó el nuevo plan de austeridad de "violento" e "injusto" para los portugueses, mientras los partidos marxistas censuraron la política de austeridad, a la que atribuyen efectos recesivos en la economía.
"Cuando se suma austeridad a la austeridad es el camino equivocado, es el camino que Grecia escogió", alertó el líder de la oposición, el socialista Antonio José Seguro, quien pronosticó que los portugueses reaccionarán a este nuevo plan fiscal.
Los sindicatos también acogieron con indignación las medidas para el 2012, que castigan especialmente a los funcionarios públicos, a los que ya habían bajado el sueldo de media un 5 % durante el pasado año.
A partir del 2012 y hasta finales del 2013, los que ganen más de 1.000 euros mensuales se verán privados de las pagas de verano y Navidad, del mismo modo que los trabajadores de empresas públicas y los pensionistas.
Dentro de este amplio segmento y para quienes tengan un salario de entre 485 euros mensuales -el mínimo en Portugal- y 1.000, habrá cortes proporcionales que equivaldrán en media al valor de una paga.
La principal central sindical del país, la Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP, de tendencia comunista), y la Unión General de Trabajadores (UGT, socialista) han adelantado que se reunirán la próxima semana para concretar "su indignación".
Una nueva huelga general, la última conjunta se celebró el 24 de noviembre del 2010 contra el anterior Ejecutivo socialista de José Sócrates, no está descartada como "último recurso", de acuerdo con la CGTP, central que afirma tener unos 800.000 afiliados en un país con 10,5 millones.
Su líder, Manuel Carvalho da Silva, consideró además una buena oportunidad de movilización la manifestación convocada para mañana por la "Geracao á rasca" ("Generación en apuros"), que congregó el pasado marzo a más de 100.000 descontentos solo en Lisboa.
El drástico plan ayer anunciado figura en el Presupuesto estatal del 2012, que previsiblemente será aprobado en noviembre por la Asamblea lusa, donde los dos partidos del Gobierno, los conservadores Social Demócratas (PSD) y los democristianos del CDS-PP, suman mayoría absoluta desde que vencieron en los comicios del pasado junio.
Después de aprobadas, las medidas deben de ser sancionadas por el presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, histórico dirigente del PSD, para que entren en vigor.
Las iniciativas fiscales para el año que viene se unen a las que ya están en marcha para cuadrar las cuentas de este año, entre las que destaca cortes en las pagas extraordinarias de Navidad a todos los trabajadores y una subida del IVA en la electricidad y el gas.
Desde que estalló en abril del 2010 la crisis de la deuda soberana en la UE, Portugal ha anunciado sucesivos planes de austeridad cada vez más severos con la meta de sanear sus finanzas. EFE
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