Londres, 15 sep (EFE).- El intento de la Unión europea de imponer
nuevas reglas sobre disciplina fiscal está tropezando con obstáculos
legales y objeciones políticas "muy difíciles" por parte de los
países que no son miembros de la eurozona, según Francia.
En declaraciones al diario Financial Times, la ministra francesa
de Finanzas, Christine Lagarde, reconoce que la propuesta principal
de aplicar sanciones a los Estados miembros que pudieran sobrepasar
los límites sobre déficit fiscal es muy polémica y va a ser difícil
de implementar.
Los ministros de Finanzas de la Unión Europea discuten
actualmente formas de reforzar las reglas fiscales, incluida la
aplicación de sanciones, a raíz de la crisis de la deuda de los
países de la eurozona y la creación de un fondo de garantía de 750
millones de euros para los más débiles.
Los gobiernos francés y alemán han acercado posiciones sobre cómo
reforzar la coordinación de las políticas presupuestarias y
presentaron en julio una propuesta conjunta al grupo de trabajo que
encabeza el presidente de la Unión Europea, Herman Van Ruy.
Pero Francia y otros países están frustrados por la falta de
progresos ya que algunas propuestas como las relativas a la
suspensión de la ayuda de la UE y de los derechos de voto a los
países que violen los déficits presupuestarios tropiezan con
complejos obstáculos legales.
Los Gobiernos de la UE han llegado a la conclusión de que tendrán
que aplicar nuevas reglas sin modificar los tratados comunitarios,
algo que está resultando, sin embargo, más difícil de lo previsto.
Aunque de acuerdo con el tratado en vigor, los 16 países de la
zona del euro tienen suficiente margen de maniobra para elaborar sus
propios procedimientos, otros miembros de la UE que aspiran a
adoptar el euro no quieren verse excluidos.
"Los otros diez miembros se quejan de que se les excluya del
club", explica la ministra francesa.
Al Gobierno británico, que no tiene la intención de adoptar el
euro, no le preocupa que se apliquen reglas más estrictas siempre y
cuando no le afecten.
Los gobiernos de la Europa central y del Este también plantean
objeciones a la propuesta de suspender los fondos de cohesión en
caso de incumplimiento ya que sería discriminar a los miembros más
pobres.
Esas medidas, argumentan, podrían resultar además "procíclicas"
con la consecuencia de que agravarían las dificultades económicas
del país en cuestión.
A pesar de las dificultades que parecen encontrar las nuevas
reglas, la ministra francesa aseguró que su país ha entrado en una
nueva era de disciplina presupuestaria.
"No puedo hablar por otros, pero mi perspectiva está influida por
dos cosas: mi profesión de abogada que me ha enseñado que un
contrato es un contrato y que cuando uno se compromete, hay que
cumplir, pero aún es más importante la soberanía de una nación que
controla o no sus finanzas públicas".
El espectáculo que ofreció el nuevo gobierno griego tras
descubrir un agujero negro en sus finanzas, que le forzó a
presentarse "totalmente contrito" ante los otros gobiernos en
Bruselas y al que obligaron por dos veces a expandir una dolorosa
política de austeridad es algo que ha dejado su marca, según
Lagarde.
"Eso dice mucho de lo que uno no quiere que le ocurra y deja
claro que hay que arreglar las cosas uno mismo antes de que se lo
digan los demás", explica Lagarde.
La ministra asegura que su Gobierno aprobará aumentos fiscales y
recortes presupuestarios por un total de 40.000 millones de euros en
el presupuesto para 2011, con lo que rebajará el déficit público
desde un 8 hasta un 6 por ciento de su Producto Interior Bruto.
Y añade que cumplirá sus planes de consolidación y reducirá su
déficit a un 4,6 por ciento del PIB en el año electoral de 2012
porque "no nos queda otro remedio". EFE