Luxemburgo, 9 oct (EFE).- Las restricciones al transporte de
líquidos a bordo de vuelos comerciales en la UE se extenderán al
menos hasta 2012, y no hasta abril de 2010 como estaba previsto,
debido a que aún no está disponible la tecnología necesaria para
detectar sustancias explosivas en los controles de los aeropuertos.
La Comisión Europea (CE) anunció hoy a los Veintisiete, durante
una reunión de ministros de Transporte, su intención de proponer la
extensión de las limitaciones en los próximos meses.
Los países reaccionaron bien a la propuesta de anteponer la
seguridad a las incomodidades que los controles de líquidos suponen
para los pasajeros, aunque la medida no estuvo exenta de críticas.
El ministro español de Fomento, José Blanco, que participó hoy
por primera vez en una reunión de ministros de la UE, explicó en
rueda de prensa que el objetivo es facilitar la movilidad de los
pasajeros y flexibilizar los controles lo antes posible, pero sin
reducir por ello la seguridad.
Blanco se mostró de acuerdo en que, si en abril de 2010 -cuando
expiran las restricciones actuales- la UE no cuenta con la
tecnología necesaria para detectar explosivos líquidos en los
aeropuertos, se extienda la prohibición hasta que las nuevas
técnicas estén listas.
El ministro afirmó que, en España, AENA (el ente que gestiona los
aeroportos) trabaja para aplicar la nueva tecnología y señaló que la
idea es empezar por los grandes aeropuertos.
"Si puede ser en 2011 mejor que en 2012", recalcó.
El Ejecutivo comunitario planteó que las restricciones se
mantengan hasta 2012 para los aeropuertos con más de 10 millones de
pasajeros al año y hasta 2014 para los más pequeños.
La UE adoptó la normativa sobre líquidos en octubre de 2006 para
prevenir ataques terroristas tras detectar en el aeropuerto de
Heathrow (Londres) un plan para atentar contra varios aviones con
destino a Estados Unidos usando explosivos líquidos.
Las restricciones actuales impiden a los pasajeros llevar en el
equipaje de mano más de un litro de líquidos, geles o aerosoles y
obliga a que esta cantidad esté dividida en envases de 100
mililitros y dentro de una bolsa de plástico transparente, aunque
hay excepciones para los medicamentos y alimentos especiales.
Tras el debate de hoy, Bruselas presentará la medida al comité de
seguridad aérea -integrado por expertos de los Veintisiete-, que
tendrá que aprobarla por mayoría cualificada y consultar con el
Parlamento Europeo, que dispone de tres meses para oponerse a la
propuesta, aunque sin capacidad para introducir enmiendas.
En materia de transporte marítimo, los ministros europeos
llegaron a un acuerdo para reforzar los derechos de los pasajeros de
barco, según el cual las compañías tendrán que compensar en caso de
retraso o cancelación con una cantidad equivalente a entre el 25 por
ciento y el 50 por ciento del precio del billete, en función de la
duración de la espera y del trayecto.
Cuando la incidencia dure más de dos horas, los pasajeros tendrán
derecho a recibir comida y bebida de forma gratuita, así como
alojamiento en caso de que se vean obligados a pernoctar.
No obstante, el gasto máximo en alojamiento que cubrirán las
compañías será de 120 euros por pasajero.
Las embarcaciones más pequeñas quedarán excluidas del ámbito de
aplicación de la medida.
Así, sólo estarán obligados a compensar por retraso o cancelación
los barcos con capacidad para más de 36 pasajeros, los que presten
servicios de larga distancia y los que tengan una tripulación de más
de tres miembros.
Tras el acuerdo político alcanzado hoy, los gobiernos tendrán que
negociar con el Parlamento Europeo, que ya se pronunció sobre la
medida en primera lectura el pasado mes de abril. EFE