Washington, 11 jun (EFE).- El Senado de Estados Unidos aprobó hoy
entregar al Gobierno el control de la producción, venta y publicidad
del tabaco, pese a las objeciones de la industria, que se verá
obligada así a revelar qué ingredientes usa en sus productos.
La iniciativa promovida por, entre otros legisladores, el
demócrata Christopher Dodd, un ex fumador, y similar a una
iniciativa aprobada el mes pasado por la Cámara de Representantes,
concede dicho control a la Administración de Alimentos y Fármacos
(FDA).
Fuentes legislativas explicaron que eso significa que la ley
obligará a la industria tabacalera, que mueve anualmente 89.000
millones de dólares, a declarar de qué están compuestos sus
productos, entre los que se incluyen cigarrillos, puros y tabaco de
mascar.
Asimismo, el organismo del Gobierno federal estará autorizado
para prohibir el uso de sustancias que considere nocivas.
Además, ordena que las tabacaleras aumenten las etiquetas de
advertencia en los envoltorios de sus productos e incluyan imágenes
sobre los daños para la salud que puede tener el tabaco.
También limitará la publicidad y las empresas tabacaleras deberán
eliminar los términos "light", "mild" y "low", a menos que puedan
demostrar que los productos que los utilicen son realmente menos
nocivos.
El proyecto de ley, que recibió 79 votos a favor y 17 en contra,
y el presidente Barack Obama, quien ha reconocido que ocasionalmente
fuma, ha anunciado que promulgará la ley en cuanto llegue a la Casa
Blanca, lo que podría ocurrir la próxima semana, dijeron fuentes
legislativas.
Dodd aplaudió el voto a favor de la cámara alta y señaló que "no
hay un fumador adulto en este país que desee que sus hijos comiencen
a fumar y también hay muchos adultos que desean no haber comenzado
jamás".
La aprobación senatorial y la eventual promulgación de la ley
constituyen uno de los últimos capítulos en los esfuerzos del
Congreso estadounidense por regular la industria del tabaco, que se
han arrastrado durante más de una década.
Esos intentos han chocado con las barreras levantadas por la
oposición de la industria, en muchos casos por la misma Casa Blanca,
así como las que representaban los procedimientos legislativos.
Además, se produce 27 años después de que el director de Salud de
EE.UU. emitió el primer informe en el que advirtió de que el consumo
de cigarrillo era la principal causa de la mortalidad por cáncer en
el país.
Hace dos años el Centro de Control y Prevención de Enfermedades
(CDC) informó de que en Estados Unidos había 43,4 millones de
fumadores, lo que equivalía a una de cada cinco personas.
Sin embargo, el bombardeo permanente de advertencias sobre los
daños para la salud del tabaco ha logrado reducir su consumo en el
país, según fuentes médicas.
La campaña de concienciación se ha librado sin pausas y
actualmente el consumo se prohíbe en todos los edificios del
Gobierno así como en sitios públicos, como restaurantes y estadios.
La aprobación ocurrió después de que un tribunal de apelaciones
ratificara un dictamen de una corte inferior que señalaba que
durante décadas las empresas mintieron acerca de los verdaderos
efectos del tabaco.
Este fallo en segunda instancia añadió que la industria debía
modificar algunas frases en la publicidad de las tabacaleras en las
que se afirmaba que el producto era "bajo en nicotina", "light" o
"ultra light", porque se ha determinado que en realidad no son más
saludables.
También indicó que las compañías tenía que publicar "comentarios
correctivos" sobre los efectos adversos para la salud de la adicción
al tabaco. EFE