Celia López
Tokio, 15 jul (EFE).- Los descuentos aplicados a los productos de
consumo para incentivar las ventas en Japón se han impuesto como
alternativa para una economía estancada en la deflación pero sin
otra salida aparente a la contracción del consumo.
"Lo que este país necesita para devolver a su economía a la
situación anterior es revitalizar la confianza de los consumidores
para que empiecen a gastar otra vez", dijo a Efe Takatoshi
Shibayama, ejecutivo japonés de un fondo de inversión.
Las empresas niponas se han lanzado a la caza del consumidor con
ofertas que tratan de conquistar a los japoneses, justo en la época
en que han cobrado la paga extra de verano, algo que ha ayudado
especialmente a los fabricantes de electrónica a recuperarse de las
pérdidas.
Uno de los mayores establecimientos de venta de electrónica en
Japón, Yodobashi Camera, ofrece actualmente todos sus productos a un
precio entre un 20 y un 50 por ciento inferior al inicial, según el
diario económico Nikkei.
Algunos artículos se pueden adquirir por un precio muy inferior
al inicial, como un frigorífico fabricado por el japonés Mitsubishi
que, si antes costaba 250.000 yenes (1.937 euros), ahora se vende
por 148.000 yenes (1.146 euros).
Para Shibayama, las rebajas ofertadas por las compañías "ayudarán
a que los consumidores se sientan más cómodos a la hora de gastar",
algo observado ya en algunos sectores, que han visto cómo se
disparaban sus ventas, motivadas además por el sistema de descuentos
o "eco-puntos" puesto en marcha por el Gobierno japonés en mayo.
"Desde el 15 de mayo, las pantallas planas de televisión, así
como los frigoríficos y los aparatos de aire acondicionado se han
vendido muy bien, en comparación con el mismo período del año
anterior", indicaron fuentes de Panasonic.
Las ventas de pantallas planas, uno de los productos más
demandados en los últimos meses, aumentaron en Japón un 39 por
ciento en la primera semana de julio, respecto a los mismos días del
año pasado, según la consultora japonesa de nuevas tecnologías BCN.
Yamada Denki, uno de los principales minoristas de electrónica en
Japón, vendió entre el 31 de junio y el 5 de julio un 45 por ciento
más, según el diario Nikkei.
Mientras que en los establecimientos Yodobashi y Bic Camera, el
aumento de las ventas fue de entre un 30 y un 50 por ciento respecto
a esos mismos días de 2008.
El consumo es una parte esencial de la segunda economía mundial
-responsable de algo más del 55 por ciento del Producto Interior
Bruto (PIB) del país-, por lo que la recuperación del gasto
registrada en mayo, la primera mejora en más de un año, fue recibida
como una señal del principio del fin de la crisis.
Con la medidas de estímulo al consumo, tanto gubernamentales como
de las propias empresas, se espera corregir la caída del PIB tras el
verano, después de alcanzar los peores datos de contracción
económica de posguerra.
Los multimillonarios planes de estímulo del Gobierno sirvieron
para que la confianza de los consumidores se recuperara en abril
hasta su nivel más alto en casi un año, lo que adelantó una
recuperación del apetito comprador de los nipones.
No obstante, el incremento de las compras se produce en un
entorno deflacionario en el que las empresas no consiguen aumentar
sus ingresos, reconducir sus pérdidas y aumentar la contratación.
En mayo, el Índice de Precios al Consumo (IPC) registró una caída
récord del 1,1 por ciento y confirmó el regreso de la deflación a la
segunda economía del mundo.
En opinión de Shibayama, "la deflación es un problema heredado en
Japón que, en concreto, en esta crisis ayudará al país a salir
lentamente de la recesión".
Sin embargo, para volver a consumir "la gente necesitará un
trabajo", reconoció el analista en relación a la tasa de desempleo
en Japón, que alcanzó en mayo el 5,2 por ciento, su mayor nivel en
seis años y frente a los 4 puntos porcentuales de mayo de 2008. EFE