Londres, 8 feb (.).- El líder de la oposición y favorito para ser el próximo primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, es objeto este jueves de críticas por todos los flancos tras conocerse que su Partido Laborista descartará su 'plan verde' para invertir 28.000 millones de libras (unos 33.000 millones de euros) anuales.
El compromiso era una de las medidas destacadas del programa electoral de los laboristas, tras ser anunciado por primera vez en 2021, pero Starmer anunciará hoy que rebaja su ambición y no se comprometerá a ofrecer una cifra concreta de inversión.
Fuentes del partido insistieron a la BBC que el llamado Plan de prosperidad verde seguirá adelante, incluida la creación de una compañía estatal de energía limpia, aunque no incluirá los 28.000 millones que se habían convertido en uno de los principales arietes del Gobierno conservador contra los laboristas.
Ya en los últimos meses se difundió que el objetivo de esa inversión anual no se conseguiría desde el comienzo de un hipotético Gobierno laborista, sino solo a partir de mediados de legislatura.
Los laboristas temen que esa inversión masiva pueda ahuyentar a parte del electorado en los próximos comicios generales, previstos para este año, por lo que optan por presentarse como el partido de la responsabilidad fiscal, frente al despilfarro 'tory'.
Pese a que en las últimas semanas los dirigentes laboristas se habían resistido a confirmar ese compromiso, no será hasta hoy cuando Starmer lo descarte oficialmente.
El ala izquierda del partido se ha revelado contra la decisión. El sindicato Unite, principal apoyo de los laboristas entre las organizaciones de trabajadores, ha mostrado su discrepancia ante la "catastrófica crisis de inversión en la infraestructura económica" que sufre el país.
Por su lado, el grupo de base Momentum, que en su día fue el principal aliado del exlíder Jeremy Corbyn, tachó la renuncia de "capitulación ante los intereses de la derecha".
Para la organización Greenpeace, abandonar el compromiso para el plan verde sería una muestra de "débil liderazgo político, económico y climático por parte de Starmer" antes incluso de alcanzar el poder.
La secretaria del Tesoro, Laura Trott, consideró en declaraciones a la prensa que la decisión "confirma que los laboristas no tienen un plan para el Reino Unido, y crean incertidumbre para los negocios y la economía".
"En el día en que los laboristas están completando su programa, Starmer torpedea lo que ha defendido como su principal política económica puramente por razones de campaña a corto plazo", agregó.