Atenas, 23 abr (EFE).- Los mercados internacionales mantienen la
presión sobre Grecia para que active el plan de ayuda financiera,
que pasaría por recibir un crédito puente de 10.364 millones de
euros, concedido por los países de la eurozona.
Esta suma es necesaria para cubrir los próximos vencimientos de
la deuda griega: 2.278 millones de dólares el 10 de mayo y otros
8.086 millones de euros el 19 de mayo.
Ante las crecientes dudas de los inversores internacionales sobre
la liquidez del Estado, el ministro de Finanzas griego, Yorgos
Papaconstantínu, aseguraba esta semana "que no hay posibilidad de
que Grecia no pueda obtener créditos, ya sea del mercado o de sus
socios europeos".
En la peor crisis presupuestaria que afronta Grecia en los
últimos 35 años, que puede afectar a otros socios comunitarios,
Atenas ha recibido una oferta de ayuda de los países de la zona del
euro por importe de 30.000 millones de euros, con un tipo de interés
del 5%, y otros 15.000 millones de euros, con un interés más bajo,
del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La bolsa de valores de Atenas abría hoy con una leve bajada del
0,03%, tras la presión ejercida ayer por los mercados, que elevó el
coste de la deuda griega a un récord histórico, con un tipo de
interés del 8,96%, 600 puntos básicos más que el referente alemán.
Este enorme coste presiona al Ejecutivo griego para que recurra
al mecanismo de ayuda financiera europeo, con participación del FMI,
y logre un crédito puente de 10.360 euros para salir del paso.
Un posible escenario es que este domingo se materialice la ayuda,
tras la reunión fijada entre el director gerente del FMI, Dominique
Strauss-Kahn y el ministro de Finanzas, griego Papaconstantínu, en
Washington.
El anuncio ayer de que el déficit fiscal helénico en 2009 fue del
13,6% del PIB, aún mayor del manejado hasta ahora, junto con la
rebaja de la calificación de riesgo de Grecia por la agencia
Moody's, del A2 al A3, disparó el diferencial del bono griego frente
al alemán a los 600 puntos básicos.
En el plano laboral, los empleados civiles salieron ayer a la
calle bajo el lema "Que la paguen los ricos" para protestar, por
cuarta vez este año, contra los recortes salariales y ante el temor
a medidas de austeridad más severas.
Entre las condiciones impuestas por una delegación del FMI, del
Banco Central Europeo (BCE) y de la Comisión Europea, que negocia
esta semana en Atenas con el Gobierno helénico, no se descartan
recortes adicionales del gasto público para este año. EFE