Tomé-Açu (Brasil), 6 may (EFE).- El presidente de Brasil, Luiz
Inácio Lula da Silva, defendió hoy la industrialización de la región
amazónica a través de iniciativas como el cultivo sostenible de
palma para la producción de combustible vegetal.
"Esto es el comienzo de una revolución en esta región", declaró
Lula en un discurso en la localidad amazónica de Tomé-Açu, en el
estado de Pará (norte).
El mandatario defendió la implantación de industrias en el estado
amazónico para producir este aceite que, según él, puede contribuir
a "reducir la contaminación del medio ambiente" y "generar riqueza",
en una de las regiones más pobres y menos desarrolladas del país.
Este plan, que tiene apoyo del Gobierno y de la petrolera estatal
Petrobras, pretende incentivar el cultivo y explotación de aceite de
palma para producir combustibles.
El programa prevé una inversión total de 1.300 millones de reales
(unos 702 millones de dólares) y engloba dos proyectos diferentes.
El primero contempla la producción de 120.000 toneladas de
combustible al año, destinado al abastecimiento de la región norte
del país, y el otro, aspira a exportar parte de ese combustible al
mercado europeo, con la colaboración de la petrolera portuguesa
Galp.
El gobernante recordó que, pese a ser uno de los principales
productores de aceite de palma del mundo, Brasil importa "casi la
mitad" del aceite que consume.
Lula manifestó que este programa le permitirá al estado dejar de
depender del mercado de la madera, uno de los grandes responsables
de la destrucción del bosque amazónico, y defendió las virtudes del
plan de plantío de la palma, que reutilizará zonas deforestadas.
El Gobierno brasileño calcula que cerca de 2.000 agricultores
saldrán beneficiados por el proyecto, que además generará 7.000
empleos directos en las unidades de tratamiento y 15.000 indirectos,
y que beneficiará a la región por la mejoría de carreteras y puentes
que acompañarán al plan.
En ese sentido, el líder brasileño defendió otros proyectos de
desarrollo en la región, como la polémica central hidroeléctrica de
Belo Monte, que será la tercera mayor del mundo tras la china Tres
Gargantas y la brasileño-paraguaya de Itaipú.
"Las personas tienen que entenderlo", reclamó Lula, que aseguró
que "la mayoría del pueblo" del estado de Pará está a favor de la
represa.
La obra, que inundará cerca de 500 kilómetros cuadrados de selva
y obligará a desplazar de sus hogares a cerca de 50.000 personas ha
movilizado a ecologistas, comunidades indígenas y diversas
organizaciones sociales. EFE