Fráncfort (Alemania), 4 may (EFE).- Las bolsas europeas vivieron
un martes negro por la creencia de que el paquete de ayudas a Grecia
aprobado por la Comisión Europea no será suficiente y el temor a que
la crisis de solvencia se propague a otros países de la eurozona.
Ese temor se alimentó hoy en España con el rumor de la que las
agencias de medición de riesgos estudian una posible rebaja de la
deuda soberana española.
Así, la bolsa madrileña registró hoy la segunda mayor caída del
año, el 5,41 por ciento, y concluyó la sesión en el mínimo del
ejercicio (9.859,10 puntos) presionada por los ataques especulativos
contra los activos españoles y europeos.
Desde Bruselas, el presidente del Gobierno español, Jose Luis
Rodríguez Zapatero, calificó de "absoluta locura" creer que España
necesitará financiación para hacer frente a su deuda.
Pero Zapatero no tranquilizó al parqué madrileño y tampoco paró
la reacción de pánico que se extendía por otras plazas europeas.
En Grecia, en una nueva jornada de movilizaciones, la bolsa se
desplomó un 6,68 por ciento por el miedo a que el Gobierno sea
incapaz de aplicar el programa de austeridad.
El índice general ateniense bajó 123,87 puntos, hasta 1.792,68
puntos, después de que el gobernador del Banco de Grecia advirtiera
de que la economía se contraerá un 4 por ciento en 2010.
Como en otros mercados europeos, la banca se llevó la peor parte
con descensos de más del 10 por ciento en algunos títulos, en vista
del difícil panorama ante el que las entidades implantadas en Grecia
pueden encontrarse por falta de liquidez y la creciente morosidad.
En Portugal, otro de los países en la cuerda floja según los
analistas, la caída que hoy sufrió la bolsa lisboeta fue del 4,21
por ciento, mientras que Milán se desplomó un 4,7 por ciento.
París perdió el 3,32 por ciento, Londres el 2,5 por ciento y
Fráncfort bajó un 2,60 por ciento.
Los analistas coincidieron en que esas pérdidas tienen un gran
componente irracional, pues los datos coyunturales conocidos hoy en
en algunos países de la eurozona fueron positivos, entre ellos el
relativo al mercado laboral en España.
También fueron positivos los resultados empresariales presentados
hoy por algunos gigantes del DAX-30 de Fráncfort y la decisión de la
banca privada alemana de contribuir al paquete de ayudas a Grecia.
El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Shäuble, anunció la
disposición a colaborar de los grandes bancos germanos tras una
reunión en la que participaron, entre otros, el presidente del
Deutsche Bank, Josef Ackermann.
El acusado desplome de las bolsas europeas se hizo notar en el
mercado de divisas, donde el euro marcó un nuevo mínimo anual
situándose en la barrera de los 1,30 dólares.
Los expertos en divisas creen que la depreciación sufrida hoy por
el euro tiene varias explicaciones y un solo denominador común:
miedo a una ruptura en unidad monetaria, miedo a que el BCE haya
sacrificado su credibilidad e independencia en favor de Atenas y
miedo a nuevas crisis de solvencia en la eurozona.
El BCE anunció el viernes que suspenderá temporalmente la
aplicación del umbral de la calificación mínima de las garantías a
los créditos en el caso de los instrumentos de deuda emitidos o
garantizados por el gobierno griego.
El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, afirmó en enero que
no cambiaría sus normas sobre la calidad de los bonos que respaldan
sus préstamos (colateral) para favorecer a un país en cuestión.
Los analistas en Fráncfort interpretan en este cambio de actitud
un síntoma de debilidad del eurosistema e incluso el prólogo de una
nueva rebaja de la calificación crediticia de Grecia, cuyos bonos
están ya en el nivel "basura" de la agencia Standard & Poor's.
"Esta decisión del BCE indica que sus expertos prevén que la
calificación de Grecia se deteriore más", concluyeron analistas de
Commerzbank en Fráncfort en una nota a sus clientes.
El consejo de gobierno del BCE celebrará su próxima sesión, este
jueves, en Lisboa y los mercados esperan ya con ansiedad los
comentarios sobre Grecia que Trichet estará obligado a hacer. EFE