Tokio, 10 abr (.).- Más de 3,5 millones de personas poseen actualmente inversiones en criptomonedas en Japón, según los primeros datos de este tipo publicados hoy por el Gobierno del país asiático, donde se mueve un mayor volumen de estos activos del mundo.
Los datos corresponden a las 17 principales casas de cambio de divisas virtuales que operan en Japón, de un total de 32, por lo que el número real de inversores podría ser mucho mayor, según muestra el informe publicado hoy por la Agencia nipona de Servicios Financieros (FSA).
En el ejercicio fiscal 2017, que transcurrió entre abril de 2016 y finales del pasado marzo, el volumen total de negocio de estos mercados en Japón ascendió a unos 10,3 billones de yenes (78.709 millones de euros/ 97.000 millones de dólares).
Esta cantidad contrasta con los 2.354 millones de yenes (18 millones de euros/ 22 millones de dólares) de 2014, cuando empezaban a despuntar los mercados de criptodivisas aunque eran aún desconocidos para el gran público.
El informe de la FSA está destinado a medir la magnitud real de la "fiebre" de las monedas virtuales en Japón y a ofrecer una mayor transparencia sobre el sector, que durante el año pasado experimentó un crecimiento exponencial en todo el mundo.
Japón estrenó en abril de 2017 una normativa que legalizaba al bitcóin y otras criptomonedas, lo que animó a muchos inversores nipones a entrar en unos mercados que operan en un estatus de alegalidad en la mayoría de países.
El país asiático acapara actualmente el 58 por ciento del dinero invertido en todo el mundo en bitcóin, la más popular de las divisas virtuales, muy por delante de Estados Unidos (22,15 por ciento), según datos de la web especializada Cryptocompare.
El informe publicado hoy por el regulador nipón también refleja que más de la mitad de los inversores en criptomonedas del país tienen entre 20 y 40 años, o que la amplia mayoría del total -un 91 por ciento- cuenta con carteras por valor de menos de 500.000 yenes (3.791 euros/ 4.672 dólares).
A raíz del hackeo de uno de los principales operadores nipones el pasado enero, la FSA ha intensificado su vigilancia de estos mercados y ha establecido requisitos de seguridad y de transparencia más estrictos, lo que ha empujado a algunas de las casas de cambio más modestas a abandonar el negocio.