Estambul, 1 oct (EFE).- Las perspectivas para las economías
asiáticas han mejorado en el segundo semestre de 2009 aunque la
recuperación no está garantizada y persisten riesgos como un mercado
laboral debilitado o un exceso de capacidad industrial.
Así lo considera el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su
informe semestral "Perspectivas Económicas Mundiales", que vaticina
un crecimiento para Asia del 5 por ciento en su Producto Interior
Bruto para 2009 y del 6,8 para el año próximo.
El crecimiento, indica la institución financiera, vendrá liderado
por China e India, cuyo crecimiento para este año será del 8,5 y del
5,4 por ciento respectivamente y del 9,0 por ciento y del 6,4 por
ciento para el año próximo.
En Japón, tras una drástica caída en el primer trimestre, la
actividad se contraerá en un 5,4 por ciento para el total del año,
aunque su plan de estímulo fiscal y un modesto aumento en las
exportaciones permitirá un ligero crecimiento en la segunda mitad de
este año y una recuperación que llevará al 1,7 por ciento en 2010.
Los países del sureste asiático muestran un panorama más mixto,
aunque las economías más orientadas a la exportación, como Malasia o
Tailandia, verán crecer su actividad gradualmente en la última mitad
de 2009 y un mayor crecimiento el año que viene.
En toda la región, la recuperación detectada en el primer
semestre viene encabezada por el sector de la electrónica, que había
protagonizado una drástica caída al comienzo de la crisis, recuerda
el informe.
La recuperación en Asia, a juicio de los expertos del FMI, se
liga a tres factores: la política expansionista fiscal y monetaria,
el repunte en los mercados financieros y los flujos de capital y el
impulso al alza de la industria tras los ajustes en los inventarios.
El apoyo fiscal y monetario ayudó a reducir tensiones en los
mercados financieros y no sólo contribuyó a suavizar la caída en la
demanda interna, sino que la impulsó en los casos de China e India,
precisa.
El Fondo matiza que "pese a las señales positivas, no está
garantizada una recuperación sostenida".
Los mercados laborales, debilitados, "probablemente supondrán un
lastre en el consumo" y el exceso "significativo" de la capacidad
industrial debilitará la demanda de inversión.
Además, apunta el informe, "es posible que esta vez el principal
conductor de las recuperaciones pasadas, un repunte duradero de la
demanda externa fuera de la región, brille por su ausencia". EFE