Edna Alcántara
México, 7 ago (EFE).- México avanza en un plan de desarrollo
sustentable aeronáutico con el que intenta convertirse en 2015 en
uno de los primeros países en producción y consumo de combustibles
renovables para aviones (bioturbosina), explicaron hoy a Efe fuentes
del sector.
"México se encuentra en condiciones privilegiadas, en comparación
con otros países, para erigirse como uno de los precursores en el
impulso de biocombustibles en la industria aeronáutica", aseguró el
director de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) de México,
Gilberto López Meyer.
Las autoridades mexicanas, en coordinación con el sector
agropecuario y la iniciativa privada, trabajan desde hace un año en
la exploración e investigación de plantas y aceites vegetales de
segunda generación, aquellos no consumibles, que pretenden
transformar en biocombustibles para aviones.
ASA, el organismo descentralizado que mantiene el control del
suministro de combustible para la aviación mexicana, y su titular,
asumen que la intención de las autoridades es llegar a ser el
principal abastecedor de bioturbosina a Estados Unidos en 2015.
El Gobierno es el más interesado en impulsar este tipo de
proyectos "como parte de sus compromisos internacionales al cuidado
del medio ambiente" y combate al cambio climático, pero además
pretende beneficiarse económicamente de estas nuevas tecnologías.
Diversos estudios señalan que con los biocombustibles para
aviones se puede generar hasta en un 80% menos de emisiones
contaminantes que usando turbosina.
También se abren posibilidades de crear empleo empleos y
recuperar suelos erosionados e impedidos para la producción agrícola
orientada a la alimentación.
En estados mexicanos como Baja California, Sonora, Tamaulipas,
Sinaloa, Chiapas y Yucatán ya existen cultivos de plantas no
comestibles como la jatropha y la salicornia que sirven para
producir aceites con los que obtener la bioturbosina, explicó Meyer.
Sin embargo, señaló que, de momento, México carece de plantas de
refinación para procesar los aceites vegetales por lo que "se
necesita hacer inversiones muy importantes" en los próximos dos
años, entre 480 y 720 millones de dólares, con este propósito, algo
en lo que se quiere involucrar al sector privado.
Según el funcionario, la meta gubernamental es que en 2015,
México produzca el 1% de los combustibles para la flota nacional a
partir de cultivos vegetales, lo que implicaría generar 40 millones
de litros al año, y elevar esa meta en un 15% más en 2010, es decir
fabricar unos 700 millones de litros al año.
A fines de 2010 o en 2011 está previsto realizar las primeras
pruebas con bioturbosina en un avión sin pasajeros, agregó Meyer.
En el sector aéreo mundial, recordó Meyer, la meta a partir de
2015 es contar con un 1% de uso de biocombustibles y progresivamente
reemplazar los combustibles fósiles por otros que ayuden a la
sustentabilidad del planeta.
Según el director de Estrategia de Biocombustile de Boeing,
Darrin Morgan, pese a que México apenas comienza a involucrarse en
el desarrollo de la bioturbosina, "cuenta con las condiciones
propicias de suelos, de clima y hasta políticas para colocarse en
una posición mucho más ventajosa que cualquier otro país".
En la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI),
integrada por más de 130 países, funciona ya un grupo de 19 en un
plan enfocado en la reducción de gases causantes del calentamiento
global, señaló Meyer.
El funcionario, quien representa a su país en este grupo, detalló
que el plan persigue cuatro fines: desarrollar mejores tecnologías
en materia motores y aviones; rentabilizar las operaciones aéreas
para ahorrar combustibles; potenciar la compra de bonos de carbono y
afianzar el desarrollo de biocombustibles. EFE
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