Maribel Izcue
Busan (Corea del Sur), 3 jun (EFE).- Los ministros de Economía y
gobernadores de bancos centrales del Grupo de los 20 inician mañana
una reunión de dos días en la ciudad surcoreana de Busan en busca de
medidas para reforzar el sistema financiero global.
El encuentro, que estará dominado en gran parte por el problema
de la deuda en Europa, servirá para preparar el terreno con vistas a
la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del G20 en Toronto
(Canadá) los días 26 y 27 de junio.
La agenda del G20, el principal foro económico mundial, arrancará
con una cena de trabajo el viernes en un exclusivo hotel de esta
ciudad costera surcoreana, donde los responsables de Finanzas
debatirán estrategias para superar la crisis global y coordinar sus
políticas macroeconómicas.
En esa misma sesión se discutirá sobre las políticas de prudencia
fiscal, con el acento puesto en los recientes ajustes aprobados por
España, Portugal y otros países europeos para contribuir a la
estabilización de la zona euro.
El grueso de los encuentros de trabajo tendrá lugar el sábado,
cuando los miembros del G20, integrado por los principales países
ricos y emergentes, profundizarán en un informe del Fondo Monetario
Internacional (FMI) sobre las opciones para lograr un crecimiento
global "fuerte, sostenible y equilibrado".
También se examinarán los progresos en la reforma financiera y
algunas cuestiones regulatorias que la crisis de deuda en Europa ha
puesto de nuevo sobre la mesa, entre ellas las referidas al capital
y liquidez de las instituciones financieras.
En este apartado, está previsto que se aborde la posibilidad de
introducir gravámenes globales a las grandes entidades financieras,
una espinosa cuestión que divide a los miembros del foro.
La medida la defienden el FMI y países europeos como el Reino
Unido, Francia y Alemania, que buscan que las entidades asuman una
responsabilidad sobre los costes de las crisis financieras.
Sin embargo, se oponen de plano miembros como Canadá, Brasil o la
India, que creen que los gravámenes no deben ser globales sino solo
para los países que han sufrido pérdidas financieras por la
actuación de los bancos, es decir, las naciones ricas.
En su anterior reunión, celebrada en Washington en abril, los
ministros de Economía del G20 ya hablaron -sin llegar a un acuerdo-
sobre un hipotético impuesto que inicialmente pagarían todas las
entidades financieras por igual y que luego variaría en función del
riesgo asumido por cada una.
El objetivo sería crear una fuente de ingresos que se pueda
utilizar para cubrir, por ejemplo, futuros rescates de la banca.
La reforma del FMI y su papel de control para prevenir las
crisis, la inclusión financiera y la racionalización de los
subsidios a los combustibles fósiles son las cuestiones que cerrarán
la agenda de la reunión de Busan, la primera del G20 a nivel
ministerial que acoge Corea del Sur.
Este país, que será la sede de la cumbre de jefes de Estado y de
Gobierno del Grupo del próximo noviembre, ha extremado las medidas
de seguridad ante el encuentro que comienza mañana.
La reunión está precedida por un encuentro técnico de los
viceministros de Finanzas y representantes de bancos centrales,
mientras que de forma paralela tendrá lugar una conferencia
organizada por Seúl y el Banco Mundial (BM) sobre desarrollo
económico.
El G20 está integrado por el Grupo de los Siete -Reino Unido,
Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y EEUU- más Argentina,
Australia, Brasil, China, Indonesia, Corea del Sur, México, Rusia,
Arabia Saudí, Sudáfrica, Turquía y la Unión Europea (UE).
A la cita de Busan acudirá la ministra española de Economía,
Elena Salgado, en su calidad de representante de la Unión Europea
con ocasión de la presidencia española de turno. EFE
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