MADRID (Reuters) - El Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación español decidió el jueves evacuar temporalmente al embajador y al personal de la embajada española en Libia, ante el agravamiento de la situación de seguridad en el país norteafricano.
La decisión se produce tras la evacuación el martes de 29 españoles residentes en Libia y de sus familias, después de que el ministerio recomendara a los españoles que permanecían en Libia que abandonen el país.
Exteriores señaló que el cierre de la embajada es temporal y que se designará a un encargado de los archivos, una figura prevista en la convención de Viena.
"Todos los informes que tenemos es que la situación en Libia se va a agravar hasta extremos extraordinariamente importantes y se va a agravar de forma muy urgente", dijo el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, en una comparecencia en una comisión del Congreso.
Margallo agregó que tras la repatriación de los ciudadanos españoles que así lo desearon, que culminó ayer, hoy aterrizará en la base aérea madrileña de Torrejón un avión en el que viajan 15 miembros de la embajada española - entre ellos el embajador - y varios ciudadanos más de la Unión Europea.
"La embajada no se cierra, queda a cargo de un encargado de archivos, figura prevista en el convenio de Viena que rige estas materias. Italia y Malta que han decido mantener sus efectivos en Libia en número considerable se ocuparán de los posibles asuntos consulares de los españoles", agregó Margallo.
Exteriores explicó en un comunicado publicado en su página web que a esta segunda operación de evacuación se han sumado aquellos miembros de la colonia que así lo han solicitado, tras un nuevo contacto con toda la colectividad para reiterar la oferta de evacuación.
El jueves se reanudaron los graves enfrentamientos en el sur de Trípoli, donde milicias rivales luchan por el control del principal aeropuerto de la ciudad en los disturbios más graves desde la revuelta de 2011 que derrocó a Muamar el Gadafi.
Unas 200 personas han muerto desde que estallaron los enfrentamientos hace dos semanas en la capital y también en la ciudad de Bengasi, en el este del país, donde una coalición de extremistas islámicos y exrebeldes ha invadido una importante base del ejército en la ciudad.
Tres años después de la caída de Gadafi, el frágil gobierno de Libia y su ejército naciente no han conseguido imponer autoridad sobre las brigadas de antiguos rebeldes fuertemente armadas.
"El Gobierno de España confía en que la situación de inestabilidad en Libia se supere en breve y reitera su llamamiento a un alto el fuego a la mayor brevedad posible", dijo el ministerio en un comunicado.