Washington, 8 nov (EFE).- La comisión presidencial que investiga las causas del accidente que provocó el vertido de BP en el Golfo de México dijo hoy que no ha encontrado pruebas de que las deficiencias en el pozo se debieran a intentos de la petrolera de ahorrar costes.
El principal investigador de la comisión nombrada por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, Fred Bartlit, valoró hoy las acusaciones a BP de otros miembros de la comisión, entre ellos miembros del Congreso, informó el diario New York Times.
Bartlit, quien aseguró en un informe de octubre que la mezcla de cemento en el pozo de BP no era segura, se mostró escéptico ante las alegaciones de que la petrolera y sus subcontratados Transocean y Halliburton habían tomado "atajos" para acelerar la construcción del pozo, que costaba 1,5 millones de dólares al día.
"Hasta la fecha, no hemos visto un sólo ejemplo en el que un ser humano tomara conscientemente la decisión de poner los dólares por delante de la seguridad", sentenció hoy Bartlit en una reunión preliminar del panel, en la que añadió que no creía que los trabajadores quisieran "arriesgar sus vidas o las de otros".
"He estado en muchos pozos y no creo que la gente se siente y diga: 'Esto es muy peligroso, pero los compañeros de Londres van a ganar más dinero'", precisó.
El abogado realizó una elaborada presentación de las causas que llevaron a la explosión y posterior derrumbe de la plataforma operada por BP (firma británica) en el Golfo de México, que causó la muerte a 11 personas y desencadenó el peor desastre ecológico de la historia de Estados Unidos.
Después de ilustrar con gráficos la compleja tecnología utilizada en el pozo de BP ante abogados, periodistas y los siete miembros de la comisión, Bartlit recordó que el panel "no se trata de culpar a nadie".
"No estamos haciendo ningún juicio legal sobre responsabilidades o negligencias. Sólo queremos encontrar las causas", explicó el abogado, que subrayó que aunque el pozo presentara fallos en el cemento, su estructura es tan complicada que no puede atribuirse el desastre a ningún error individual.
Bartlit tampoco ofreció conclusiones sobre el sistema de prevención de derrames (BOP, por su sigla en inglés) del pozo, que debía haber contenido en último término la presión en el depósito, y que ahora se encuentra en poder del Departamento de Justicia para su uso como prueba en posibles litigios.
Según el responsable de la comisión, no es posible evaluar el fallo del BOP hasta que concluya el estudio sobre el artefacto que el Gobierno ha encargado a una empresa de ingeniería noruega.
Otro de los investigadores de la comisión, Sean Grimsley, consideró, sin embargo, que uno de los fallos clave estuvo en la decisión de BP de instalar un tapón de cemento en un lugar demasiado profundo, a unos 915 metros bajo la cabeza del depósito.
"Creemos que introdujeron una cierta cantidad de riesgo en la situación que podía haber sido innecesaria", dijo Grimsley, según el diario Washington Post.
A juicio del investigador, la clave está en la prueba de presión negativa que los equipos que trabajaban en la plataforma malinterpretaron el 20 de abril, poco antes de que la explosión acabara con sus vidas.
"La pregunta es, ¿por qué estos hombres tan experimentados se convencieron a sí mismos de que esa prueba demostraba la integridad del pozo? Ninguno de ellos quería morir", señaló Grimsley.
La comisión presidencial retomará mañana sus deliberaciones. EFE