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Washington, 13 jun (EFE).- El presidente Barack Obama aseguró hoy
que la reforma del sistema de salud de Estados Unidos es crucial y
que no aplicarla lo más pronto posible sería una irresponsabilidad.
En su habitual discurso de los sábados Obama se refirió por
segunda semana consecutiva al alto costo de la salud para los
estadounidenses en un sistema para cuya reforma se comprometió a
trabajar con el Congreso con el fin de aprobarla este año.
"El status quo es insostenible para las familias, la empresa y el
Gobierno", señaló.
El presidente explicó que EE.UU. gasta un 50 por ciento más por
persona en salud que cualquier otro país del mundo.
También dijo que el valor de los seguros de salud se duplicó en
la última década, los costos directos en efectivo se incrementaron
sideralmente y a quienes tienen problemas preexistentes de salud se
les niega la atención.
Obama añadió que los crecientes costos afectan a las empresas que
se ven en desventaja ante la competencia extranjera.
En algunos casos, varias han tenido que despedir a trabajadores
debido al problema.
"No podemos seguir por este rumbo. No acepto un futuro en el que
los estadounidenses renuncien a la salud porque no pueden pagarla.
Tampoco acepto un futuro en el que la empresa de EE.UU. se vea
afectada y nuestro Gobierno quede en bancarrota", indicó.
Obama admitió que se ha dicho que no sería aconsejable aplicar la
reforma este año, cuando el país todavía vive los coletazos de la
crisis financiera.
"La verdad innegable es que sería irresponsable no actuar ahora.
No podemos seguir trasladando la creciente carga (de la salud) a las
generaciones futuras", manifestó.
Sin embargo, el presidente reconoció que la reforma supondrá
costos adicionales a corto plazo con el fin de reducir el gasto a
largo plazo.
En ese marco, Obama anunció ahorros por 313.000 millones de
dólares procedentes de su plan de responsabilidad fiscal que
servirán para controlar el gasto innecesario y aumentar la
eficiencia y calidad de la atención médica.
"Esos ahorros garantizarán que tengamos 950.000 millones de
dólares para neutralizar el costo de la reforma del sistema de salud
en los próximos diez años", señaló.
Por su parte, en su también habitual discurso radiofónico de los
sábados, el Partido Republicano criticó el plan energético de Obama
que, según advirtió, constituirá un duro golpe para la economía de
los estadounidenses y aumentará el desempleo.
El Gobierno de Obama ha propuesto un sistema llamado "cap and
trade", o un "mercado de carbono", que consistiría en comercializar
la compra y venta de las emisiones contaminantes de las industrias.
Según el legislador Mike Pence, de llevarse a cabo la propuesta
demócrata las familias estadounidenses pagarían hasta 4.300 dólares
en promedio al año en costos adicionales y la pérdida de empleos
sería de entre 1,8 millones y 7 millones.
"Ese es un precio demasiado alto por un plan que no hará mucho
por disminuir la contaminación ambiental, ya que las industrias
trasladarían sus plantas y su contaminación a países con menos
protección ambiental", señaló.
Como contrapartida, los republicanos presentaron esta semana un
proyecto de ley sobre energía que, según Pence, incluye todas las
opciones, ofrece independencia energética, más empleos y un medio
ambiente menos contaminado, sin un impuesto nacional a la energía.
El plan republicano propone más exploración de petróleo y de gas
natural dentro del país, renovar el compromiso en favor de la
energía nuclear sin emisiones, inversiones en tecnologías de energía
renovable y alternativa, e incentivos para promover la conservación.
"Es la solución energética integral que este país necesita para
lograr la independencia energética, para generar empleos bien
remunerados y ayudar a proteger nuestro medio ambiente", afirmó. EFE